Dentro de las listas que se suelen hacer, es el edificio abandonado en Tenerife que, quizás, pasa más desapercibido. Posiblemente, su proximidad al antiguo Balneario de Santa Cruz de Tenerife ha sido uno de los causantes de que el antiguo silo de cereales de la capital haya quedado en el olvido. Pero es único y, en su día, tuvo especial valor por varios motivos.
Para entender este edificio hay que viajar hasta tiempos de la dictadura de Franco. La Red Nacional de Silos y Graneros surge como una red, estratégicamente situada, de lugares en los que almacenar cereales, sobre todo el trigo, ante la escasez. El problema triguero, como fue denominado, asoló Europa desde la I Guerra Mundial, por lo que por todo el continente se tomaron medidas.
De esa escasez se pasó, en determinadas cosechas, a la sobreoferta, por lo que se diseñaron, ya en la década de los años 40 del siglo pasado, una red de lugares -silos verticales-, de almacenamiento. La mayoría fueron instalados en Castilla-León, Aragón, Andalucía y Castilla la Mancha pero en Tenerife, el de Santa Cruz, ubicado en la carretera Autovía de San Andrés, o TF-11, es único porque es del tipo P -hubo hasta 20 tipos diferentes-, solo existiendo otro similar en Málaga.
Los silos de tipo P eran aquellos de tránsito ubicados en zona portuaria, proyectándose solo dos en todo el Estado. Allí era llevado todo el cereal, quedando almacenado.

La curiosa silueta de este edificio abandonado en Tenerife
Una de las cosas que más llaman la atención al contemplar estos silos es su imponente silueta, con una torre de almacenamiento. Esta torre de elevación permitía que el cereal no tuviera que ser ascendido de manera manual a la zona alta, lo que suponía un gran esfuerzo para los trabajadores.
El blog El Viajero Histórico explica, en un gran artículo, el sistema de funcionamiento de estos silos verticales: ” La cosecha era llevada hasta el edificio donde se descargaba a unas tolvas subterráneas, distinguibles por estar cubiertas por un tejadillo. Desde ahí se subía el grano por la torre de elevación (mediante medios mecánicos) hasta la parte superior, donde una cinta lo distribuía a lo largo de los depósitos verticales (celdas) existentes en el silo, habitualmente de ladrillo, cemento o acero. Ahí el grano quedaba protegido y se evitaba su maduración. Para recogerlo se extraía y envasaba en la planta baja y se cargaba en camiones (o en barcos en los silos portuarios)”.
De esta forma, en el que nos ocupa, el actual edificio abandonado en Santa Cruz de Tenerife, en la planta baja, tras ser envasado el cereal, era llevado a los barcos que los distribuían, en la mayoría de ocasiones, en otras islas.

Todo cambiaría en la década de 1980 del pasado siglo XX. España entró en la Comunidad Económica Europea y el control público sobre el trigo desapareció. Las normas europeas se impusieron, por lo que este tiempo de recintos se abandonó. Unos se reconvirtieron en museos, otros, como en el caso de Castilla La Mancha son una atracción turística gracias al arte urbano y en el caso de este edificio abandonado en Tenerife quedó a un lado, testigo de otros tiempos.
Como se puede observar en un hilo de Twitter de @oscarranjo, por toda la geografía estatal quedan silos abandonados. En muchas localidades se usaron, por ejemplo, castillos, pues resultaban lugares ideales para poder instalarlos.
Los silos del Servicio Nacional del Trigo. Los rascacielos del rural en el s.XX. 671 erigidos entre 1950 y 1986 en España. Creados para una gestión ordenada de las cosechas de cereal. Olmedo #Valladolid. ¿Compartís o citáis un silo cercano? #PatrimonioIndustrial #SilosDeCereal pic.twitter.com/F4IkDv7Dja
— oscarranlo 🌾 (@oscarranlo) January 12, 2023