Por Noé Ramón (EFE)
Werner Grellen, conocido con el seudónimo de Griffo y considerado uno de los principales dibujantes europeos de cómics, encontró hace décadas en La Palma, donde reside, “la burbuja perfecta” para vivir y crear. Recuerda, en una entrevista con la agencia EFE, que escogió el seudónimo desde el principio de su carrera, en los años 70, cuando sus historias eran un tanto subidas de tono, para evitar disgustos a sus padres, que eran tradicionales.
Todos ellos son naturales de Amberes y se han dedicado a la talla de diamantes, lo que le permitió moverse desde pequeño en el mundo artesanal y facilitó que su padre apoyara su vocación por el dibujo. Pocos saben que este creador eligió desde los años noventa la Isla Bonita como lugar de residencia permanente. En el municipio de El Paso ha encontrado el lugar perfecto para vivir y crear; un idilio que en este tiempo ha tenido un único sobresalto: la erupción del volcán de Cumbre Vieja a apenas un kilómetro de su vivienda.
Aquellos fueron días, según reconoce, muy duros. Se vio obligado a sacar más de dos toneladas de cenizas de su cuidado jardín, e incluso irse a vivir durante una temporada a la casa de una amiga. No obstante, en líneas generales El Paso le ha permitido observar los acontecimientos que ocurren en el mundo desde la distancia y con mirada muy crítica, rozando lo que en principio podría entenderse como teorías de la conspiración, pero que luego él asegura que se convierten en contrastadas realidades.
Asegura que a partir del momento en que eligió residir en La Palma tiene más ganas de trabajar que nunca. A este rincón del Atlántico llegó después de vivir en Barcelona y en Las Palmas de Gran Canaria, porque le aseguraron que con su playa de Las Canteras era una especie de Río de Janeiro. Su experiencia en la isla redonda no fue satisfactoria y su familia, afirma, fue varias veces atracada en plena calle Triana, donde vivía.
A Griffo le llamó la atención la estrecha relación que históricamente existió entre La Palma y Amberes, fruto del intercambio comercial de azúcar por obras de arte flamencas que se pueden ver en las iglesias palmeras. Esta fue otra de las razones que le impulsó a elegir la Isla como lugar de residencia, después de haberla visitado por primera vez en el año 1989 con su esposa. “Me gusta especialmente la luz naranja cuando cae el sol. Tengo claro que ya no podría vivir en Europa otra vez con ese frío y la oscuridad”, dice.
AUTÓCTONO
Desde el momento en que llegó se ha sentido muy atraído por todo lo relacionado con los guanches, sus ritos y mitología. Precisamente, después de acabar un relato sobre este mundo tuvo lugar la erupción palmera, y aprovechó para incluir en el nuevo libro un anexo en blanco y negro sobre las escenas que se vivieron en aquellos días.
En la historia introduce una de sus principales obsesiones y recursos: los viajes en el tiempo. En este caso, el de un francés que en su vida anterior fue un guanche y responsable de un error que le costó la vida a su tribu. Por ello vuelve al pasado para intentar repararlo, utilizando como instrumento la reencarnación pero en sentido inverso.
Los principales trabajos de Griffo son una serie de historias llamadas SOS Bienestar en las que se adentra en el mundo de la distopía y habla de una sociedad aparentemente perfecta cuyos ciudadanos son felices a cambio de entregar su libertad. El guión es obra de otro afamado autor, Jean Van Hamme, quien cuando estas historietas vieron la luz en 1983 ya predijo el uso generalizado de mascarillas y tarjetas en las que se incluirían todos los datos de las personas.
“Considero a Van Hamme un autor con gran intuición, casi profético”, indica el belga. Actualmente en Francia se está preparando una serie televisiva basada en este cómic. Pero, sin duda, la obra más conocida de Griffo son los quince volúmenes que tienen como protagonista la figura de Giacomo C., que define como el alter ego de Casanova. Ambos personajes viven en la época de mayor esplendor de Venecia y protagonizan incontables lances amorosos e intrigas, aderezadas por peleas de espadas.
También ha trabajado sobre la obra de Marie Louise de la Ramée, una autora francesa que en plena revolución industrial escribió relatos sobre la pobreza que existía en aquel entonces en los Países Bajos. Finalmente, hizo una versión de su obra El Perro de Flandes, pese a las reticencias iniciales de las editoriales, para quienes la historia estaba demasiado centrada en este país, afirma el autor.