adeje

Miles de fieles y centenares de animales arropan a San Sebastián

Adeje conmemora la festividad de su copatrono, una de las celebraciones más antiguas del sur de Tenerife, con una alta participación y el tradicional baño de los caballos en La Enramada
La playa de La Enramada
Foto: Fran Pallero

Adeje celebró ayer el día grande de San Sebastián, copatrono del municipio, con una misa cantada por el coro parroquial de Santa Úrsula y la peregrinación posterior en procesión bajo un sol intenso hasta la playa de La Enramada, donde se produjo el acto más vistoso de las fiestas: el baño de los caballos, que fue seguido por miles de asistentes que esperaban en el área de playa habilitada por el ayuntamiento sureño. Posteriormente, la comitiva se dirigió hasta la zona de El Humilladero, emplazamiento en el que se procedió a la bendición de los animales.

Si el párroco subrayó en su homilía, celebrada en la iglesia de San Sebastián, en La Caleta, la “cercanía” y la “popularidad” de las fiestas, el alcalde adejero, José Miguel Rodríguez Fraga, recién llegado de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur), se refirió a la celebración como un acto “espontáneo y auténtico que hace el pueblo” y calificó esta cita anual de principios de año como una oportunidad que propicia el “reencuentro de los adejeros de dentro y de fuera”.

La fiesta más antigua

“San Sebastián nos vincula con la tradición y con el origen del pueblo, el cual se remonta al encuentro entre castellanos, portugueses y nativos, y a partir de ese momento se construye este lugar”, manifestó el regidor adejero, que recordó que “es posible que esta sea la fiesta más antigua del sur de la isla de Tenerife”.

Entre el numeroso público destacó la alta presencia de turistas, que se congregaron tanto en la playa como en la zona de jardines y piscinas del hotel H10 Costa Adeje (que hace tres años dio la vuelta al mundo al quedar confinado por varios casos de COVID-19) y que grabaron con sus teléfonos móviles el paso del santo y, sobre todo, la exhibición ecuestre en la costa, el aspecto más singular de la celebración.

La festividad de San Sebastián es una de las celebraciones más antiguas de Tenerife, ya que sus orígenes se remontan a la primera mitad del siglo XVI. El fervor por el santo se transmite en las familias de generación en generación y son muchos los adejeros y adejeras que apelan a la protección de la imagen con la esperanza de superar una enfermedad, solicitar algún favor o cumplir una promesa.

“Esto es algo muy especial que viene de nuestros padres y abuelos, hay que vivirlo para experimentar una sensación única, espectacular”, resumió uno de los jinetes a lomos de su caballo.

Según los datos aportados por el Ayuntamiento, este año se inscribieron 80 caballos y más de 40 cabras, además de ovejas, perros, burros, camellos, ponis y aves. Desde la organización se procedió al vallado de diferentes espacios, con zonas de sombra y provisiones de agua para los animales, mientras que varios veterinarios se encargaron de garantizar el bienestar animal.

El Consistorio activó un amplio dispositivo preventivo de seguridad, aunque no hubo que lamentar incidencias significativas durante la celebración.

TE PUEDE INTERESAR