puerto de la cruz

Dormir en una cápsula en el Puerto de la Cruz

Atipycap Capsule es el segundo albergue de España que ofrece esta alternativa de alojamiento para todo tipo de público
Dormir en una cápsula en el Puerto de la Cruz

Cuando Atipycap Capsule abrió sus puertas en mayo de 2021, con los efectos de la pandemia a cuestas, costaba imaginar la posibilidad de poder dormir dentro de una cápsula, en pleno corazón del Puerto de la Cruz. Casi dos años después, esta alternativa de alojamiento destinada a todo público que ofrece precios asequibles (entre 25 y 40 euros la noche) y más intimidad que un albergue, se ha convertido en una verdadera demanda turística.


En este tiempo han pasado huéspedes de hasta 58 nacionalidades diferentes de los cinco continentes. Quizás, porque estar hospedado en pleno centro de la ciudad es, para algunas personas, impagable, al poder moverse con facilidad, sin necesidad de alquilar un coche o desplazarse en transporte público.


Ubicado en el número 22 de la calle Agustín de Betancourt, en la antigua residencia de ancianos, su funcionamiento es como el de cualquier hotel, con horarios de salida y entrada, diferentes servicios, taquillas, alquiler de bicicletas eléctricas y zonas comunes que se comparten con la cafetería anexa.


El acceso al inmueble se realiza mediante una tarjeta sin contacto, la misma que sirve para entrar a cada una de las tres zonas (pisos), diferenciados por colores, y a la cápsula, mientras que las taquillas se abren con el código que elige cada cliente.


A diferencia de un hostal, donde las camas son literas, estas especies de dormitorio de ciencia ficción ofrecen más privacidad. En total, cuenta con 66 cápsulas divididas en individuales y dobles. En la primera, la cama mide un metro de ancho por 2 de largo y en la segunda, de 1,60 por dos metros.
Tienen un proceso de desinfección especial porque su gerente y mentor del proyecto, Fernando Constante Doménech, pretendía que el edificio fuera muy ecológico. Por eso no se emplea ningún tipo de combustible -no hay petróleo ni gas- y tampoco botellas de detergente ni plásticos agresivos que puedan acabar en el océano.


El personal de limpieza utiliza productos específicos, formulados a base de agua que vienen disueltos para evitar el uso de plásticos.


Para organizar las tareas y comunicarse, los empleados utilizan una pizarra digital de niños, que se borra apretando un botón e inmediatamente aparece una nueva hoja en la pantalla. Así, por ejemplo, cuando queda una cápsula o zona pendiente de limpiar, lo escriben, añaden el número, hacen la foto y la envían a la persona encargada de realizar esta tarea. El objetivo es que la huella de CO2 sea la mínima posible. 


Fernando llega a trabajar en bicicleta eléctrica, la misma que ha comprado para todo el personal. La idea de Atypicap Capsule fue idea suya y de su esposa, María García. Su padre era un gran amante y visitante de Japón porque trabajaba con gente de esta nacionalidad. Igual que su madre, siempre le hablaban de los hoteles “como cajas” que habían montado los japoneses, que proliferaron en los años 80 para hospedar a trabajadores.


Tras conocer la filosofía japonesa, trabajar con ellos y buscar una alternativa turística en la ciudad, la pareja se dio cuenta que faltaba algo “que tenía que ser diferenciador porque Puerto de la cruz es un destino completamente diferenciado al resto, con un clima maravilloso, una gastronomía fantástica, la mejor gente de todo el mundo, está a pie de naturaleza, con una representación de la arquitectura canaria, un sabor tradicional y al mismo tiempo, con una mezcla de gente homogénea y perfecta”, subraya el gerente.


En el año 2015 dejó los hoteles en los que trabajaba y empezó su “batalla” con las viviendas vacacionales. Sus inversores le recomendaron que viera el edificio de la calle Betancourt pese a que no valía para viviendas vacacionales pero le gustó porque era idóneo para lo que es actualmente.


“Se me encendió la bombilla, lo diseñé y lo dejé en el cajón hasta que en 2018, otros inversores con los que trabajaba me dijeron que querían invertir, me preguntaron que tenía y les saqué el proyecto. 


La reunión fue muy clara porque ellos lo vieron y a las 24 horas me llamaron”.
Obtener los permisos fue muy complicado porque la normativa turística de Canarias no contempla este tipo de establecimientos y tuvieron que acogerse a la tipología de albergue juvenil. Contrariamente a lo que se piensa, el municipio tiene un perfil turístico de albergue, “no es cierto que sea un lugar para personas mayores. Aquí estamos en la zona con más naturaleza, tenemos costa, buena gastronomía. Hay que atraer a la gente y darle algo que le gusta”, sentencia Fernando.


Matiza que a los albergues no solo van los jóvenes, aunque el perfil de Atypicap es el de un cliente con una franja de edad de 18 a 35 años, muchos de ellos teletrabajadores. La persona más anciana que se alojó allí tenía 88 años.
La excesiva burocracia y la COVID-19 le impidieron convertirse en el primer hostal de cápsulas japonesas de España. El Optimi Rooms de la ciudad de Bilbao les ganó de mano y quedaron en segundo lugar, aunque ello también les facilitó las cosas.


La parte de la cafetería, ubicada en el local anexo, es otra empresa dedicada exclusivamente al servicio de restauración y se esfuerzan juntos “creando sinergias y conviviendo”. También con los negocios cercanos.
La filosofía de Atypicap Capsule es disfrutar de la “maravilla de Tenerife como Isla y de Puerto de la Cruz como ciudad, no quedarse en el hotel porque no es un hotel, sino un albergue”.


Por eso, cuando hay clientes que se quejan del ruido, les recuerda que en todos los albergues los hay. O cuando le trasladan que la cápsula no está insonorizada, les refuta diciendo que “no es una nevera”, bromea.

TE PUEDE INTERESAR