“Ya salió, ya salió” es el grito que se escuchará hoy por la tarde en el casco de Los Silos, cuando decenas de niños empiecen a correr buscando al Cho Perico, que regresa a las calles para asustar a los más pequeños después de dos años interrumpidos por la pandemia.
La salida de este popular personaje del Carnaval silense es una tradición que recuperaron hace justo un decenio -se cumple hoy- la Asociación Cultural de Amigos de la Sardina y el director del Festival Internacional del Cuento, Ernesto Rodríguez Abad, 60 años después de que se celebrara por última vez.
Su promotor fue un vecino del municipio, José Dolorita, conocido como Perico, quien en la década de los 50 del pasado siglo comenzó a atemorizar a los más pequeños el martes de Carnaval. Ataviado con ropa de campo, de trabajar en la platanera, se confeccionaba unos gorros con papel, les pegaba plumas de gallina y salía a la calle desde su casa, ubicada en la zona de El Calvario, con una caña en cuya punta llevaba ortigas. Los niños lo veían y salían corriendo ante el temor de ser rozados con una hierba cuyo contacto con la piel produce escozor y ronchas.
Tras su rescate, la tradición se amplió y se modificó en algunos aspectos, cuenta el presidente de la citada asociación, Cristóbal Morales Hernández. Actualmente, el recorrido es mayor y es imposible que lo realice una sola persona; por lo tanto, son cinco los Cho Perico que saldrán a partir de las 18.00 horas desde distintas zonas del casco.
El primero lo hará por la zona de la placeta; el segundo y el tercero, por los callejones de la plaza de La Luz; el cuarto, por El Calvario, y, el último, se irá incorporando antes de llegar al Casino. El recorrido terminará una hora y media después en la plaza con el baile de El Tajaraste, dado que el Cho Perico iba siempre acompañado de dos personajes entrañables de Los Silos, que se llamaban Felipe el Herrero y Juanillo Ratón, que salían con él tocando un tajaraste.
Después de finalizar esta popular danza tradicional canaria, los silenses disfrutarán de uno de los momentos más esperados por todo el público, unas “viandas” especiales, que consisten en chocolate caliente con torrijas, para lo que se cuenta con la colaboración de la Asociación de Mujeres Turqué. Una de las tradiciones que se ha modificado es que ya no llevan ortigas en su caña, sino otro tipo de ramas, porque pueden encontrarse con algún menor con alergia. Pero sí en el cinto, dado que hay quienes los tironean de la caña y de la ropa y entonces se llevan algún “ortigazo”, bromea Morales.
Siempre han sido hombres los que han encarnado a este personaje del Carnaval silense, una especie de loco que tiene el poder ante el cual los niños se asustan y corren, porque tienen miedo de que les pueda hacer daño con un elemento tan simple como una ortiga. Solo hubo una ocasión en la que también lo hizo una bisnieta de José Dolorita para rendirle homenaje a su abuelo. Sin embargo, desde la citada asociación, no descartan que las mujeres se conviertan poco a poco en Cho Perico. “Hay que ir evolucionando”, sostiene su presidente.
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