cultura

Leyendecker dedica una muestra a las obras de Christina Sucgang y Michael Anthony Simon

La exposición, que se inaugura este jueves, está concebida como un 'viaje onírico' por la abstracción cromática
La exposición reúne las propuestas de dos artistas procedentes de Estados Unidos. / DA

La Galería Leyendecker, en la capital tinerfeña, inaugura este jueves (19.00 horas) una exposición en la que propone un viaje onírico por la abstracción cromática de la mano de dos artistas internacionales procedentes de Estados Unidos. A pesar de que cada uno desarrolla su trabajo en polos opuestos del mundo, con técnicas antagónicas y visiones conceptuales diferentes, es palpable un nexo marcado por la búsqueda incansable del desarrollo abstracto de las formas y una utilización singular del pigmento como lenguaje.

Una de las obras, de Christina Sucgang, que pueden verse en la muestra. / DA

Por un lado, la artista de origen filipino y afincada en Nueva York, Christina Sucgang, cuyo trabajo investiga el espacio de lo no figurativo, para transmitir así una experiencia visceral que adentra al espectador en otra forma de conocimiento lingüístico a través de la composición, las manchas y el color, desconfigurando de esta manera el lenguaje convencional para generar nuevas propuestas de comunicación.  

Por el otro, Michael Anthony Simon, quien, partiendo de Chicago, emprende un viaje hacia Corea del Sur para acabar encontrando allí no solo la inspiración, si no la materia prima y las creadoras inconscientes de su producción artística. Haciendo uso de arañas, concretamente la araña tejedora de seda dorada, conocida por sus grandes telas circulares, las pone a trabajar en su estudio y luego interviene con múltiples y variados pigmentos que enriquecen la composición primaria. Una sinergia orgánica entre lo natural, lo primitivo, lo conceptual y lo elevado.

Michael Anthony Simon trabaja en ‘cooperación’ con las arañas. / DA

La propuesta expositiva, señalan desde Leyendecker, “nos habla del momento de incertidumbre que vivimos y la complejidad comprensiva de nuestra realidad, cuya válvula de escape la hallamos en la pintura, en todas y sus amplias manifestaciones, la cual tiene el poder de reconstruir todas las formas del lenguaje visual y llevarnos a saber quiénes somos, qué somos y cómo somos”. 

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