Con el recuerdo fresco de las vacaciones de Semana Santa, este lunes en la sección Canarias EN VIVO de Good Morning, Canarias! (Atlántico Radio) hemos hecho un viaje en el tiempo sesenta primaveras atrás. Y es que este mes se cumplen 60 años de la visita de unos turistas muy especiales a Tenerife. Unos jóvenes que acababan de lanzar su álbum debut Please Please Me y que pasaron desapercibidos entre los isleños. Hablamos de The Beatles -Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr-, que en abril de 1963 se desplazaron al Archipiélago invitados por su amigo músico Klaus Voorman y sin John Lennon (que eligió ir a Málaga), para descansar tras un período de intensas grabaciones.
El historiador tinerfeño Nicolás González Lemus ha recogido en su libro Las vacaciones de los Beatles en Canarias (Nivaria Ediciones, 2018) anécdotas tan curiosas como que en esos doce días que los británicos pasaron en nuestras Islas sufrieron quemaduras por el sol que les hicieron verse como “tomates” y usar cremas calmantes por la noche.
Algunas de las actividades de las que disfrutaron The Beatles durante sus vacaciones en Canarias fueron ver una corrida de toros en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife, visitar el Parque Nacional de Las Cañadas del Teide, donde quedaron “fascinados por el hermoso y extraño paisaje”, recorrer la Villa de La Orotava, admirar el Drago de Icod así como bañarse en la playa de San Marcos.
Cuando Canarias rechazó un concierto de The Beatles
No obstante, donde más tiempo pasaron fue en Puerto de la Cruz, donde el turismo comenzaba a despegar allá por los años sesenta. En Playa Martiánez ocurrió, precisamente, el casi ahogamiento de Paul McCartney, que se vio en apuros por la fuerza de las olas. Tras esto, cambiaron las playas por la piscina de Lido San Telmo, la semilla del Lago Martiánez. Allí se produjo, sin duda, el episodio más interesante, el del concierto de los Beatles en Tenerife que pudo ser pero que nunca fue.
“Tuvieron que cambiar la playa por la piscina y ahí sí disfrutaron bastante y aprovecharon la ocasión para intentar tocar en la orquesta de Lido San Telmo desinteresadamente, utilizando los instrumentos que estaban en la parte alta”, relata González Lemus, quien cree que se les negó la actuación porque se tenía el concepto de que eran “unos melenudos”, sobre todo porque iban acompañados de Klaus Voorman, que tenía la melena por debajo de los hombros.
Esa oportunidad perdida, la de que Canarias albergara el primer concierto de The Beatles en España, se entiende en el contexto de la época. El país seguía sometido a la dictadura franquista que ponía trabas a todo aquello que suponía el progreso, como las libertades a la hora de vestir y, sobre todo, a la cultura moderna europea y americana.
Sin embargo, sí hubo unos pocos privilegiados que escucharon las voces de The Beatles en la zona de La Montañeta, en Los Realejos: “En el chalé de Klaus Voormann se escuchaba la música de Please Please Me, que se la habían traído con ellos y, según los vecinos, que ya han fallecido pero con los que tuve la ocasión de poder hablar, por la noche se les oía cantar“.
Qué no daríamos ahora por ser uno de esos tinerfeños privilegiados que escucharon en directo los instrumentos y las voces de The Beatles. Sobre todo porque, según el propio Klaus Voorman, aquellos días que pasaron en Tenerife fueron los últimos que vivieron como unos jóvenes normales, sin la presión de los fans ni de los conciertos. Las semanas que siguieron a ese viaje a Canarias, nada volvería a ser igual para ellos. Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, junto a John Lennon, sorprenderían al mundo con sus innovaciones en el mundo de la música, los mensajes de sus canciones y, también, sus influencias en la moda masculina.