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Francisco Linares (CC) se viene arriba y pierde los papeles: de la “patada en el culo” al “¡Estoy como una moto!”

El secretario general de Coalición Canaria en Tenerife deja una colección de alaridos en los mítines de su formación política durante esta campaña electoral
Francisco Linares (CC) se viene arriba y pierde los papeles: de la "patada en el culo" al "¡Estoy como una moto!"

Francisco Linares, secretario general de Coalición Canaria en Tenerife, grita y gesticula hasta, casi, alcanzar el éxtasis. En plena campaña electoral, el alcalde de La Orotava no ha dudado en lanzar en los mítines de su partido gritos como “¡Vamos a darle una patada en el culo a Pedro Martín! ¡Vamos a mandarlo pa’Guía de Isora!” hasta repetir, casi en trance, el insulto de “golfos, golfos” a sus adversarios políticos.

La situación más llamativa se dio durante el mitin de presentación de su candidatura en la Orotava. Allí, ni corto ni perezoso, flanqueado por sus compañeros y compañeras de lista, entre aplausos de los allí presentes, gritó: “¡Le vamos a dar una patada en el culo a Pedro Martín, y lo vamos a mandar pa’ Guía de Isora pa’ que no vuelta a darle la lata a Tenerife!”.

Aún con el público enfervorecido, dijo lo mismo del actual presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres: “¡Le vamos a dar otra patada en el culo también! ¡Pa´Gran Canaria! ¡Pa’ Arucas! Que no vuelva más por aquí”.

El líder de Coalición Canaria en Tenerife se ha mostrado especialmente estridente en otros actos de su partido. Ha llegado a gritar “¡Golfos, golfos!” a adversarios políticos, mientras recibía sonoros aplausos desde la primera fila de Fernando Clavijo y Ana Oramas, y, haciendo un juego de palabras con el primero aseguró que “un clavo saca otro clavo”, aunque, en el caso de los coalicioneros: “No va a ser un clavo, sino un clavijo“.

Posiblemente, consciente de sus alaridos, algo muy común en los últimos tiempos, sobre todo en movimientos vinculados al trumpismo, en otro encuentro con militantes de CC insistió en que estaba “como una moto”, antes de pedir que los suyos se pusieran “a trabajar” por Canarias: “¡Esta es nuestra tierra, coño! ¡No se vende! ¡No se vende! ¡Es nuestra tierra!”.

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