Un equipo de diez personas de la unidad de anatomía patológica veterinaria forense del Instituto Universitario de Sanidad Animal de la ULPGC trabaja en la necropsia del cachalote que apareció varado el domingo 21 en la playa de Nogales, en la costa noreste de La Palma.
El catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Antonio Fernández ha descrito el cetáceo como “un cachalote joven, macho, y de casi 13 metros de largo” que tras más de 48 horas varado se encuentra en “estado de putrefacción”.
“Gracias a la rápida información de algunos vecinos, se activó el protocolo de atención para varamientos cuando el cachalote aún no llevaba mucho tiempo muerto, lo cual es la situación ideal para realizar la necropsia”, ha comentado Fernández.
Pese a la pronta activación del protocolo, el lunes se intentó sacar el cachalote hacia el vertedero para hacer la necropsia allí, pero no se pudo, dado que sus casi 20 toneladas de peso hicieron que se rompiera la cola del cetáceo, por lo que los investigadores trabajan en la playa “en unas condiciones no tan idóneas”.
Antonio Fernández ha afirmado que su objetivo es “hacer una aproximación de las causas de la muerte mediante la necropsia y las analíticas laboratoriales”, aunque “no va a ser fácil”, y ha considerado que especular sobre la muerte del cachalote “no es responsable”.
Aunque desde el punto de vista de las causas de la muerte es “un hecho anecdótico”, el catedrático Antonio Fernández ha mostrado un anzuelo encontrado en el interior del cachalote “como muestra de la salud del ecosistema, son pruebas que nos viene a decir cómo están nuestros mares”.
“Los factores antrópicos han ido aumentando en las Islas, especialmente las que tienen más población y servicios, lo que sumado a las enfermedades naturales que sufren estos animales, son sus principales causas de muerte”, ha apuntado el catedrático, que asegura que “los cachalotes son unas de las joyas de la corona de la fauna marina en Canarias”.
Antonio Fernández ha manifestado que, en las 48 horas que lleva el cachalote varado en la playa de Nogales, un diente del mamífero marino ha sido sustraído “por algún desaprensivo”, lo cual, recuerda, “es un delito ambiental sancionable por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil”.
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