la palma

Restauran el lienzo de San Isidro Labrador de la iglesia lagunera

La obra fue retirada para evitar que sufriera daños por la erupción, que se quedó a las puertas del templo, y recibió un tratamiento para prevenir los efectos del paso del tiempo
La responsable de la restauración, Isabel Concepción, y el párroco de la iglesia de La Laguna, Alberto Hernández, en Los Llanos de Aridane.
La responsable de la restauración, Isabel Concepción, y el párroco de la iglesia de La Laguna, Alberto Hernández, en Los Llanos de Aridane. DA

El Taller de Restauración y Conservación de Pintura y Escultura del Cabildo de La Palma concluyó recientemente la conservación y restauración del lienzo de San Isidro Labrador de la iglesia parroquial de San Isidro, en el barrio de la Laguna, en Los Llanos de Aridane. Una infraestructura que se vio afectada parcialmente por el avance de las coladas de lava del volcán de Cumbre Vieja.

Desde el Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico de la institución insular, que dirige Jovita Monterrey, quisieron destacar la labor desarrollada en el Taller de Restauración de la Corporación, bajo la coordinación de Isabel Concepción, así como de los restauradores colaboradores de este proyecto, Jorge Afonso y Elena Morales. Las grandes dimensiones y el formato del cuadro de San Isidro Labrador dificultaron el desmontaje y manipulación de la obra, describen desde la primera administración de la Isla en un comunicado. Esta dificultad y la urgencia en el desalojo tuvieron consecuencias en la obra, que hubo que fragmentar en seis tramos para hacer factible el traslado de la misma.

Concretamente, el Cabildo, a través del Taller de Restauración, ha realizado la restauración completa del cuadro de gran formato (3,35 x 7 metros) de San Isidro fragmentado en seis lienzos que se recuperaron para devolverlos a la iglesia de San Isidro. La restauración consistió, fundamentalmente, en unir las piezas conformando un tríptico en cuyo paño central se encuentra la figura del protagonista, es decir, San Isidro; a la izquierda se desarrolla la escena del Ángel arando, y a la derecha la iglesia con una arboleda en primer plano.

Para conseguir unir las piezas cortadas en la emergencia hubo que eliminar previamente el soporte de aglomerado al que se encontraba adherido el lienzo, siendo este proceso el más delicado. Una vez liberado el lienzo del soporte del tablón aglomerado se procedió a unir los fragmentos que conformaban las diferentes escenas y se montó en tres rotundos bastidores de madera de morera. Para concluir el tratamiento se interviene recuperando la el cromatismo de la película pictórica asentando las capas de color estucando las lagunas de preparación y reintegrando las zonas que han perdido la policromía con el fin de facilitar la lectura unitaria de la composición pictórica existente anteriormente.

El tramo final del tratamiento consistió en aplicar una capa de protección general con barniz para proteger el estrato original y las reintegraciones cromáticas de la oxidación ambiente y su posterior oscurecimiento, que además de conferirá a la obra el brillo suficiente y necesario acorde con el supuesto estado final que tendría en origen la superficie pictórica. Concluida la restauración, la obra se trasladó al templo y se le colocó en una nueva ubicación a petición del párroco, Alberto Hernández.

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