Candelaria, Villa Mariana y marinera, inicia otro verano sin que sus vecinos y visitantes puedan disfrutar de unos mínimos servicios en sus playas, entre otras razones por la sinrazón de Costas y también por la escasa presión que ejerce el grupo de gobierno.
La falta de entendimiento con Costas -aparcamiento rotatorio y piscina, sin concepción administrativa- ha provocado un enorme perjuicio de los candelarieros, que llevan tres años sin poder disponer de la piscina natural, sin cursos para los más jóvenes ni sesiones terapéuticas para los mayores, aparte del propio ocio que ha representado durante más de 50 años esa instalación acuática.
Lo último que se sabe, y de eso hace un mes, es que el Ayuntamiento de Candelaria ha encargado el proyecto para solicitar de nuevo la concesión en Dominio Público Marítimo Terrestre de la piscina.
Desde enero, con la transferencia de competencias en materia de Costas, el Ayuntamiento está trabajando con el Gobierno de Canarias en aras de una nueva solicitud de concesión, con un nuevo proyecto que salve los reparos que Madrid ha considerado. Mientras, el Ayuntamiento ha continuado defendiendo la propuesta inicial presentando un recurso ante la Audiencia Nacional.
Pero no solo no es que Candelaria carezca de piscina -este año se tratará de iniciar de nuevo el proyecto de la piscina cubierta que no pudo salir en 2015-, sino que también no dispone de una instalación para que los usuarios de las playas puedan ir al baño o tomarse un refresco. El Chiringuito de Punta Larga, que cuenta con baños, se mantiene cerrado, una queja que lleva anos cayendo en saco roto. Asimismo, se está a la espera de la licitación de seis baños autolimpiables en Las Caletillas, Punta Larga, El Pozo, Candelaria Casco y La Viuda. Una espera más. Por lo pronto, lo que sí funciona son las sombrillas y las hamacas en Punta Larga, quizás porque se trata de una concesión privada.