El equipo veterinario forense del Instituto Universitario de Sanidad Animal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), encargado de la necropsia del cachalote varado en la playa de Nogales, en el municipio palmero de Puntallana, el pasado 21 de mayo, dictaminó que el animal murió por “una obstrucción intestinal de una piedra de ámbar de nueve kilos y casi 60 centímetros de diámetro”.
Este equipo, dirigido por el catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Antonio Fernández, presentó ayer los resultados de la necropsia realizada que concluye que “el cachalote murió poco antes de llegar a la playa de Nogales por un proceso hemorrágico provocado por una inflamación crónica obstructiva a nivel de colon”.
El informe señala que por la longitud del cachalote, de unos 13 metros, su peso de 20 toneladas ya se situaba “entre cinco y 10 toneladas por debajo de la media”, lo que, sumado a la ausencia de alimento suficiente en el estómago, resultaron los primeros indicios de las causas de la muerte del mamífero marino.
Ámbar gris
El elemento activo del ámbar gris, material del que estaba formado la piedra en el colon del cachalote, es la ambreína, una secreción de colesterol graso y cristalino que sirve como derivado aromático para la creación de perfumes, por lo que el equipo forense está en contacto con laboratorios especializados para identificar la calidad de la piedra encontrada.
El ámbar gris que provocó la muerte del cachalote varado en La Palma lo producen, según apunta el informe de la necropsia, “uno de cada cien cachalotes, y no todos lo expulsan por el recto”.