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El aviso de un experto de Meteored sobre la ola de calor en el Atlántico: “La probabilidad de huracanes en España aumentará si otras variables lo permiten”

La probabilidad de que los huracanes impacten en España siempre ha sido muy baja, debido a factores como la temperatura del mar, las condiciones de cizalladura y las intrusiones de aire seco
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La probabilidad de que los huracanes impacten en España siempre ha sido muy baja, debido a factores como la temperatura del mar, las condiciones de cizalladura y las intrusiones de aire seco de origen polar o continental que son frecuentes en nuestra latitud. Sin embargo, el experto de Meteored Víctor González ha insistido hoy en que algunas características, como es el caso de la temperatura del Atlántico, han variado: “La elevada temperatura del Atlántico, con anomalías que han superado los 4 ºC, lleva a plantear si el riesgo de fenómenos meteorológicos como los huracanes y los ciclones tropicales en España serán ahora más probables”.

“En los últimos años hemos observado un aumento en el número de ciclones tropicales que se han acercado a nuestra región y han tenido algún impacto, aunque de menor magnitud”, ha insistido González, quien ha puesto de ejemplo huracanes como Ophelia o Leslie, que “han dejado en claro que existe un riesgo”.

“Resulta curioso que una de las formas en que un huracán puede afectar gravemente a la península ibérica es al dejar de ser un huracán durante el proceso. Esto significa que un gran huracán completamente desarrollado, como Ophelia (2017) o Lorenzo (2019), que se encuentre cerca de la península, puede comenzar a perder sus características tropicales a medida que se adentra en nuestro territorio y se convierte en un sistema extratropical”, recalca.

Asimismo, ha dicho que esas características les daría la capacidad de mantener vientos huracanados e intensas lluvias en un área amplia sin perder mucha intensidad, incluso cuando interactúan con tierra firme y carecen de un mar tropical, algo que no podrían lograr si mantuvieran una estructura completamente tropical. Un ejemplo de esto fue lo que ocurrió con la tormenta tropical Delta en 2005 en Canarias.

Claramente, el nivel de riesgo aumenta cuando las condiciones del océano favorecen la persistencia de ciclones tropicales en las cercanías. El aumento de la temperatura tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo ha influido en la organización de la convección en los últimos años, así como en el desarrollo de sistemas tropicales o subtropicales en estas latitudes. Esta tendencia es importante tenerla en cuenta, especialmente este año.

¿Serán más probables los fenómenos meteorológicos como los huracanes?

La principal razón para considerar este tipo de interrogantes es la alta temperatura en la superficie del Atlántico, con anomalías que han superado los 4 °C y se espera que sigan siendo excepcionales, especialmente en las áreas cercanas al suroeste de Europa. Esta situación representa una anomalía sin precedentes en los registros de las últimas décadas y se está vigilando de cerca.

Esta extensa ola de calor en el océano se extiende por gran parte del Atlántico Norte, lo que dificulta considerablemente la predicción de la temporada de huracanes. Por un lado, el fenómeno de El Niño tiende a aumentar la cizalladura y reducir la probabilidad de formación de huracanes. Sin embargo, por otro lado, la temperatura superficial del agua puede incrementarse, y además extenderse a latitudes más altas de lo normal, lo que podría favorecer la formación de ciclones tropicales.

El desafío radica en que la temperatura no es el único factor en juego en el caso de la formación de huracanes; se deben cumplir varias condiciones, todas ellas de gran importancia. La cizalladura del viento, que suele ser alta en esta región, y las frecuentes intrusiones de aire seco desde Europa o el Sáhara son aún más influyentes y limitantes que la temperatura del océano.

Por lo tanto, es importante destacar que un océano más cálido por sí solo no es suficiente para formar un huracán, pero sí aumentará la probabilidad de que se forme si las otras variables lo permiten en algún momento. Además, el incremento de la temperatura favorecerá una mayor eficiencia de otros fenómenos convectivos, ya que aumentará la evaporación y la humedad en las masas de aire provenientes del océano.

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