San Andrés patas arriba. Así podría resumirse el verano que tiene por delante el pueblo pesquero que ha visto como, hasta tres obras, proyectadas en distintos momentos años atrás, han acabado coincidiendo prácticamente a las puertas del verano. A la peatonalización de la calle Dique, que es la que más molestias está ocasionando, se han sumado en la última semana el inicio de la obra para dotar la conexión con Anaga de un segundo puente, y el acondicionamiento del solar del mamotreto como aparcamiento.
La obra de la calle Dique se encuentra ya en su tercera fase, pero con algunos problemas que han hecho que la fase una también siga activa. Los vecinos y comerciantes soportan con resignación las molestias que esta obra está ocasionando y cuyo objetivo es convertir la principal calle del pueblo en un espacio peatonal, en el que solo podrán circular los vehículos de servicio.
La segunda de las obras es el cumplimiento de un compromiso contraído por el Ayuntamiento capitalino hace dos años, cuando los problemas de seguridad obligaron al cierre del conocido como puente de Taganana. Los vecinos de los pueblos de Anaga vieron cómo para acercarse a Santa Cruz tenían que hacerlo por La Laguna.
El cierre del puente puso de manifiesto la débil comunicación de Anaga con el centro de Santa Cruz, y en ese momento, los vecinos arrancaron la promesa de un segundo puente, que la semana pasada comenzó a construirse en la misma zona en la que se montó el puente militar que sirvió de vía improvisada para la comunicación con Anaga.
Las obras durarán seis meses, con un presupuesto de 411.000 euros, y consistirán en la ejecución de los estribos y tablero del puente, así como la reposición de la sección del encauzamiento con la modificación correspondiente de la solera.
El puente se ha diseñado mediante un tablero de hormigón armado de sección variable, con un canto en su tramo central de 80 centímetros y mínimo en sus extremos de 30 centímetros. El mismo descansará en sus extremos sobre ocho apoyos de material elastomérico tipo B. El tablero se completa con muretes de hormigón armado anclados al tablero en ambos laterales coronados por una barandilla de acero inoxidable.
Aparcamiento
La segunda obra, la del solar del mamotreto, pretende dotar a la zona de unas 300 plazas de aparcamiento, con una inversión de 357.000 euros. Esta intervención tendrá una duración de unos dos meses.
En los 7.320 metros cuadrados de superficie con los que cuenta este espacio se habilitarán 259 plazas para vehículos ligeros, otras 29 para motocicletas, más siete para vehículos PMR. También habrá cuatro módulos, de seis plazas cada uno, para las bicicletas y una reservada para la Policía Local. Además estará iluminado con 35 puntos de luz alimentados por placas solares.
Se prevé que para finales de julio ya esté disponible un espacio en el que no se cobrará por aparcar. La obra consistirá en adecuar el suelo del solar y en levantar los muros perimetrales, de hormigón, de unos dos metros de altura, además de colocar la verja metálica a través de la que se accederá al parking.
Este aparcamiento también pretende dar respuesta a la eliminación de aparcamientos que conlleva la peatonalización de la calle Dique, aunque los vecinos consideran que sigue siendo insuficiente. En más de una ocasión se han dirigido al Ayuntamiento para que se acondicione el aparcamiento del Infobox, “asfaltado, señalizado e iluminado”. También solicitan que se vuelve a dotar la entrada al pueblo de dos carriles, reducida ahora a uno por las obras en la calle Dique.