la laguna

Calle Tabares de Cala (antigua Los Álamos)

En los padrones de 1864, esta histórica vía de Aguere aparece bajo la denominación de Paseo de los Álamos de Montero
Panorámica nocturna de la lagunera calle de Tabares de Cala.
Panorámica nocturna de la lagunera calle de Tabares de Cala. Mari Cruz del Castillo

Por Domingo Medina.| La actual calle Tabares de Cala, que empieza en la de Los Herradores, es una de las vías históricas de la ciudad y atraviesa en dirección nordeste hasta la Plaza del Cristo, que es donde finaliza. Casi a modo de prolongación se une con el Camino de las Peras.

El nombre antiguo de Los Álamos le viene porque este tipo de árbol es propio de lugares húmedos, y se encuentran plantados en gran parte de la vega lagunera, haciendo referencia algunos autores a los que estaban en el Tanque Grande y en Los Lavaderos, que se puede considerar como la prolongación natural de esta calle.

En La Laguna de 1514, cuando solo tenía 854 habitantes, que vivían en ocho calles, a esta de Los Álamos se le llamó inicialmente calle del Molino de Viento. En un principio, a las calles se les denominaban según en ellas se encontrara un hospital, un tejar o con el nombre de algún vecino destacado. En los padrones de 1864 esta vía aparece bajo la denominación de Paseo de Los Álamos de Montero.

En la esquina con La Carrera está la casa que mandó a construir el regidor don Antonio Riquel de Angulo y enfrente nació La Manchega, una tertulia, verdadero casino en ciernes que fue creciendo en reputación y pronto se convirtió en un centro, en el que, a la hora del mediodía, se reunía principalmente todo lo que “en riqueza y vagancia a la vez encerraba por entonces la ciudad de La Laguna” (Rodríguez Moure).

Una vez superada la calle Deán Palahí y en su encuentro con la de Bencomo, por el lado izquierdo está la casa fundada por don José Saviñón y Guillama, que la cedió para que se instalara el Real Consulado Marítimo y Terrestre de Canarias, entidad de tanta importancia para la economía de la Isla.

Haciendo esquina con San Agustín por el mismo lado, está el antiguo edificio de los Jesuitas, que fue sede de la Universidad de San Fernando, y hoy de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. Por el lado derecho, haciendo esquina también con San Agustín, se encuentran las dependencias de Urbanismo del ayuntamiento lagunero.

Por su lado derecho se encuentra el Palacio de Lercaro, actualmente sede del Museo de Historia y Antropología de Tenerife. Antes de tener este destino como museo, por el lado que da a esta calle estuvo el taller de cerrajería de los Trujillo. También este inmueble tuvo otros usos como albergue militar, aula universitaria, colegio de primera enseñanza y zapatería.

La vivienda de dos plantas número 35, que hace esquina con Anchieta, actualmente el Ayuntamiento de La Laguna la ha destinado a centro alojativo, con el nombre de Clemencia Hardinsson, en referencia a la aristócrata franco-belga que nació en La Laguna en 1908, y vivió en el barrio de Gracia, donde su familia poseía importantes terrenos, donando ella parte de estos a familias de ese barrio de pocos ingresos para que construyeran sus viviendas, con la única condición de que pagaran cinco pesetas que era el coste de las escrituras. Dicho centro atiende a 38 personas vulnerables en convenio con la Cruz Roja y el Ayuntamiento de La Laguna.

En la parte alta de este inmueble, en la década de los 60 del pasado siglo, estuvo instalada la academia Gauss, donde impartían clases particulares los profesores Álvaro Martín, José Segura y Ángel Pérez, el que fuera jefe de meteorología del aeropuerto de Los Rodeos, entre otros. Antes de finalizar esta calle, por el lado derecho se cruza con el antiguo callejón de Briones, precisamente en la vivienda que hace esquina, el día 13 de marzo de 1689, entre las doce y la una de la noche, que suponiendo que iba a Santa Cruz se volvió luego y entró en su casa don Juan Díaz Fernández Crespo, y encontró a su mujer doña Luisa Benítez, hija del que fuera regidor don Luis Benítez, en la cama con un joven que estudiaba en el convento de San Diego, de esta ciudad, natural de El Sauzal, llamado Jacinto Fernández Gordillo.

Estos hechos que conmocionaron a la ciudad se conocen a través del Cuaderno de citas de José de Anchieta y Alarcón, que investigó y tradujo el historiador y escritor don Daniel García Pulido.

Tanto al joven estudiante, que el citado don Juan Díaz le dio doce puñaladas, como a su mujer, que recibió seis, los degolló.

Estos autos están en el oficio de don Baltasar Bandama del año 1752, que dio a conocer en este Cuaderno de Citas, Anchieta y Alarcón.

La relación entre el joven estudiante y doña Luisa se conoció por la moza, llamada Gregoria, que trabajaba en la casa y parece que se veían en El Sauzal en una hacienda familiar donde tomó amistad con el estudiante. Durante las carnestolendas (carnavales) de ese año celebrado en Santa Cruz lo pasaron juntos.

A doña Luisa Benítez la enterraron después de la oración en el cementerio de la parroquia de Los Remedios, que es donde hoy está la plaza por la que se entra a la Catedral, por el lado de la calle de La Carrera, según la traducción de don Daniel García Pulido “sin forma de entierro. Iba el preste (sacerdote) con estola, no más, sin cantar nada”.

Por el lado izquierdo de esta calle se cruza con la llamada Cabrera Pinto. Haciendo esquina con la Plaza del Cristo estuvo el primer colegio infantil de La Laguna, conocido como la Guardería de doña Arminda de Armas.

¿QUIÉN FUE TABARES DE CALA?

Don José Tabares de Cala y Núñez de Villavicencio nació en La Laguna el 19 de abril de 1637. Su padre fue el capitán Gonzalo Tabares de Cala y su madre Mencía de Vergara Núñez de Villavicencio. Se casó con Catalina Prieto de Medina en 1663 con la que tuvo nueve hijos.

Fue Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, Regidor Perpetuo de Tenerife, Alcalde Mayor de La Gomera, El Hierro y Tenerife y Abogado de la Audiencia de Canarias (1673). El Ayuntamiento lagunero en 1895 tomó el acuerdo de ponerle su nombre a la antigua calle de Los Álamos.

Falleció el 22 de mayo de 1706 y sus restos mortales descansan en la Parroquia Matriz de La Concepción de San Cristóbal de La Laguna.

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