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Cheikh, una vida entre el mar y la tierra: de venir en patera a salvar de las olas a un niño en Güímar

El joven senegalés de 33 años, que es padre de dos niños de 7 y 9, no dudó en jugarse la vida el pasado sábado y lanzarse al agua con bandera amarilla para poner a resguardo a un menor de 12
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Cheikh Dieng, de 33 años, mirando al mar en el Puertito de Güímar justo antes de lanzarse al agua para sacar a un niño. | Cedida

Cheikh Dieng, un joven senegalés de 33 años, se encontraba vendiendo pulseras de colores en el Puertito de Güímar el pasado sábado cuando se dio cuenta de que un niño de 12 años se encontraba en apuros en el mar, donde el fuerte oleaje hacía ondear la bandera amarilla. Según testigos, el padre del menor trataba de sacarlo por una zona de la playa pero le estaba costando. Sin dudarlo un minuto, Cheikh apenas se quitó los zapatos y se lanzó al agua vestido para agarrar al menor y conducirlo a tierra.

Una de las personas que presenciaron el rescate, Loló Marrero, relata a DIARIO DE AVISOS que se produjo sobre las 18:00 horas. El Puertito de Güímar estaba abarrotado de personas, invitadas por el intenso calor que hizo el fin de semana. Ella vio cómo Cheikh miraba fijamente al mar con gesto de preocupación y cómo de pronto se lanzó al agua y dejó atrás las bolsas en las que llevaba los pareos y las pulseras que vende: “Me quedé vigilando sus cosas porque la semana anterior le robaron a mi hija en la misma zona, me sorprendió que dejara allí aquello con lo que se gana el pan”.

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Cheikh Dieng con sus pulseras y una camiseta seca que le dieron tras rescatar al menor. | Cedida

Loló destaca la impresión que le causó ver actuar al joven, al que muchos se acercaron después para agradecerle haber sacado del mar al pequeño. Le ofrecieron desde dinero para un cortado, hasta comprarle unas pulseras, prestarle una toalla o regalarle una camiseta seca. Ella y unas amigas decidieron invitarle a cenar en una pizzería ubicada en la avenida Cristóbal Colón, donde conversaron sobre los estudios y les animó a formarse haciendo los cursos gratuitos que ofrece el Ayuntamiento de Güímar.

Jugarse la vida en una patera para sacar adelante a su familia

La historia de Cheikh con el mar no empezó el sábado, sino hace mucho más tiempo. Él era pescador en Senegal pero hace dos años se embarcó en una patera con el objetivo de conseguir una vida mejor para los suyos trabajando en la Unión Europea. Su única alternativa a las penurias económicas que estaba pasando en su país era recurrir a la ruta canaria de la inmigración, la más mortífera del mundo y la que se ha cobrado en los últimos 10 días más de 90 vidas.

En plena pandemia, el joven reconoce que se le permitió hospedarse un tiempo en el Hotel Adonis Pelinor de la capital para, una vez terminada la situación de emergencia, acabar durmiendo en la calle. Durante un duro mes sobrevivió como pudo, teniendo como único compañero a su amigo Boubacar y pensando en lo difícil que había sido su travesía como para verse en esa situación: “Nadie viene para estar tirado”, sentencia.

Tras esa ingrata experiencia, ambos fueron acogidos durante unos meses por José Félix Hernández -más conocido como padre Pepe-, párroco de la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, en Los Gladiolos, y del templo de Añaza. De allí, Cheikh pasó a ser empleado en varias fincas en Güímar, mientras que los fines de semana vende pulseras y pareos a turistas y locales que acuden a bañarse al Puertito.

“No hay descanso” -insiste el joven- porque todo lo que gana se va para pagar el techo donde duerme, el agua y la luz, así como para enviarlo a Senegal, donde le esperan sus dos niños. Cada día sueña con regular su situación en España para poder volver a su país pero no para quedarse, al menos mientras no existan oportunidades.

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