Desde febrero de este año, España cuenta, por primera vez, con un plan de ordenación de los usos en el mar, lo que se denomina POEM. Un documento similar a los PGO de los municipios, si bien este afecta al conjunto del país y fue aprobado por el Ministerio para la Transición Ecológica.
El POEM define, por ejemplo, qué espacios irán destinados a la instalación de la generación de energía eólica marina, los famosos molinos en el mar, una situación que ha puesto en jaque tanto a la Cofradía de Pescadores San Miguel de Tajao, como a la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Santa Cruz de Tenerife.
De la primera es gerente Francisco Díaz y de la segunda es presidente Víctor Juan Díaz, que también lo es de la Cofradía de Candelaria. Los proyectos que podrían salir adelante en estas zonas afectarían, aseguran, a unas 200 embarcaciones de pesca artesanal de toda la franja litoral Sur de Tenerife.
El plan es claro en cuanto a que en la Isla define dos zonas para energía eólica: al este de la costa de los municipios de Arico, Fasnia y Güímar y en Granadilla de Abona. A esto habría que sumar los proyectos de la Autoridad Portuaria en el puerto de este último, explica Katiuska González, la gerente del Grupo de Acción Costera, asociación sin ánimo de lucro que colabora con el Cabildo de Tenerife y que considera que, si se ha querido definir el uso del mar, es “porque nos dirigimos hacia su industrialización. En los próximos años se prevé que haya muchos usos y conflictos de intereses que se pretenden ordenar”, asegura.
Hace escasas semanas, junto a expertos de la Universidad de La Laguna visitaron Portugal y, en España, Galicia, para conocer los lugares donde los molinos ya se han colocado.
“No hay pescado”
Francisco Díaz relata que “en las zonas en las que estuvimos no hay pescado y la flota recibe dinero por no faenar. Y todo ello a pesar de que las turbinas están a 20 kilómetros de la costa”. Ese es uno de los problemas. En el caso de Tenerife, la plataforma continental es muy corta. “Es el peor de los casos”, asegura Katiuska González, quien explica que “la plataforma es muy corta”, lo cual obliga a situar los molinos a no más de dos kilómetros. Y no hay que olvidar que se trata de una instalación de generación eléctrica, con lo que ello conlleva: una importante zona de exclusión a la que no se puede acercar nadie. Todo ello con una altura de 260 metros de alto.
“Por un lado, está la zona de exclusión, que genera un problema de seguridad en uno de los lugares más complicados de Tenerife para navegar, por el viento, porque nos obligaría a alejarnos de la costa cuando los barcos van de Norte a Sur y de Sur a Norte. Por el otro -asegura el presidente provincial de las cofradías- se estarían dañando áreas de desove del angelote y los sebadales que quedan tras la construcción del puerto de Granadilla”. “Si para generar energía limpia tenemos que destruir biodiversidad, mal vamos”, advierte.
Una quincena de molinos
Víctor Juan Díaz calcula que estarán en torno a 200 las embarcaciones afectadas por la futura instalación de parques eólicos marinos, ya que la situación afectará a todo el litoral del sur de la Isla, ya sea San Andrés, en Santa Cruz, o en Los Cristianos.
Los cálculos del Grupo de Acción Costera en torno a los POEM indican que en la zona delimitada sería posible instalar, de entrada, entre 11 y 12 molinos, a los que habría que sumar entre tres y cinco en Granadilla de Abona. “Ello afectará a la pesca en un radio importante de kilómetros, por la zona de exclusión, y afectará a la biodiversidad”.
“No estamos en contra de las energías renovables -incide Katiuska González-, pero lo que se quiere hacer en Canarias es un crimen. Los molinos van a hacer mucho daño a los cetáceos, que en esta zona no están estudiados suficientemente, y a aves como las pardelas”.
“Además -agrega-, los POEM se aprueban con una duración de seis años. Las primeras turbinas serán solo el principio”.
Sobre la reciente visita a Galicia y de Portugal, relata que, como ha ocurrido en Viana do Castelo, “tememos que el pescado se vaya. Ellos han tenido la experiencia. Y que la zona de exclusión sea muy amplia”.