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Los búnkeres del Sur de Tenerife rememoran una Canarias al borde de la invasión

Medio centenar de nidos de ametralladoras de los años cuarenta se conservan en el litoral de la comarca, construidos cuando Franco temía un desembarco del Reino Unido en la II Guerra Mundial: la “Operación Pilgrim”
Los búnkeres del Sur de Tenerife rememoran una Canarias al borde de la invasión
Uno de los nidos de ametralladoras, situado en la playa de La Tejita, uno de los puntos más temidos para una invasión británica. | Horacio González

En 1941 España tenía razones para temer una invasión británica en Canarias. De hecho, el Gobierno de Su Majestad, con Winston Churchill como primer ministro, se encontraba en plena vorágine, planificando, entre otras, una operación militar para hacerse con las Islas, partiendo desde Gran Canaria, con el control de su puerto y de su aeropuerto, y desembarcando, después, en diferentes playas. Se llamó “Operación Pilgrim”.

En ese momento, Reino Unido se preparaba para ocupar militarmente las playas de las Islas en general, y de Tenerife en particular. Las mismas que sus ciudadanos han conquistado sin armas y por medio de la actividad turística, en las que pueden observar el despliegue de búnkeres por todo el litoral del Sur, como subraya el investigador y divulgador Horacio González, que ha recogido de manera gráfica la situación en la que se encuentran esas infraestructuras en la Comarca.

Esos búnkeres, en realidad, no son baterías de costa, sino nidos de ametralladoras. Actualmente hay en pie 87 en la Isla. Y, de ellos, medio centenar en el Sur, como subraya el coronel de Infantería retirado, historiador y divulgador Jesús Castillo, que ha investigado y ofrecido diversas conferencias al respecto.

Precisamente, de ahí viene el nombre de una conocida calle de la localidad de Los Cristianos (Arona), del Nido, en la que se encuentra uno de ellos que está tan mimetizado con el paisaje urbano, que apenas se reconoce como un elemento para la defensa en caso de invasión, aunque lo es.

Muchos se pueden observar aún en Los Cristianos, pero también en zonas como el litoral de Granadilla de Abona, entre ellas Montaña Roja.

El Gobierno británico había llevado a cabo otras operaciones encubiertas, como el soborno de altos cargos del régimen franquista para evitar que el país entrara en la II Guerra Mundial en el bando al que era más afín: el alemán.

Sin embargo, peligrosamente, España basculó de la neutralidad tras el 1 de septiembre de 1939, cuando Hitler da inicio a las hostilidades con la invasión de Polonia, a una posición más favorable al nazismo, como país “no beligerante”, el 12 de junio de 1940, cuando Italia entra de la mano de Alemania en la guerra.

Y, de ahí, a la advertencia lanzada a Londres por el embajador británico Sir Samuel Hoare en 1941, sobre el hecho de que la entrada del país en el conflicto era “inevitable”. Londres puso en marcha los preparativos de la invasión.

“El temor de Franco era una invasión por Gran Canaria y que, a partir de ahí, se produjera un desembarco en el sur de Tenerife”, explica el coronel retirado. “Los nidos de ametralladoras se colocaron, principalmente, en los lugares donde se creía que podía haber un desembarco. No estaban preparadas para combatir contra la Armada, sino en el caso de una invasión por la playa. Y estaba claro que el Sur era ideal para eso”, subraya.

Se hicieron de hormigón para aguantar el ataque de la artillería y se usaron materiales propios del entorno para minimizar su visibilidad, ya fuera desde el horizonte o el aire.

En ese momento no se conocía, por parte de las autoridades franquistas, la intención británica, ya que era un plan secreto, pero lo cierto es que Reino Unido movilizó a 24.000 soldados, que fueron acuartelados. Se preveía usar dos brigadas de infantería en la invasión, con uno o dos cruceros que la apoyarían desde el mar.

“Es una pena que no hagamos nada por poner en valor nuestro patrimonio porque esto es historia de Canarias”, agrega. “Cuando los británicos pierden interés en una invasión, primero se desarman y después se cierran, tras lo cual han servido como hogar, incluso, para personas que no tienen dónde vivir”.

¿Cómo hubieran sido las imágenes de una auténtica invasión británica?

La denominada “Operación Pilgrim” preveía la invasión de Canarias por Reino Unido en el caso de que España se sumara a las potencias del Eje en la II Guerra Mundial, un hecho que, en aquellos momentos, no parecía tan lejano. En concreto, esta operación, que supuso la movilización de 24.000 soldados en Gran Bretaña, tomaba la isla de Gran Canaria como eje, tanto por su puerto como por el aeropuerto.

La idea era que, desde Gran Canaria, se procediera a invadir el resto del Archipiélago mediante el desembarco de tropas en las playas, como las que hay en el sur de Tenerife.

Aviación británica sobrevolando Las Palmas
Aviación británica sobrevolando Las Palmas. Cabildo de Gran Canaria

Uno de los ejercicios más interesantes en torno a lo que hubiera ocurrido, en el caso de que esto llegara a pasar, lo hizo el Cabildo de Gran Canaria en la exposición denominada “Historia contrafactual”, en la que presenta un conjunto de imágenes falsas que parecen sacadas de la época y en la que se pueden observar diferentes detalles de lo que hubiera sido la toma de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Desembarco en la playa de Las Canteras
Desembarco en la playa de Las Canteras. Cabildo de Gran Canaria

Algunas de esas fotografías muestran aviones de la Fuerza Aérea Británica sobrevolando el itsmo de la capital de esa isla, de la misma forma que otra enseña cómo tropas de Reino Unido hubieran desembarcado en la playa de Las Canteras.

En otras, soldados de este país se sitúan frente a un mapa de la isla en la que puede verse tanto la ubicación de Las Palmas de Gran Canaria como de Maspalomas, en el Sur.

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