El pleno del Ayuntamiento de Adeje aprobó ayer la expropiación de los suelos colindantes a la Casa Fuerte de Adeje y, además, ha declarado los motivos que justifican la necesidad de este procedimiento, el cual viene a sumarse al iniciado en mayo de 2022 donde se iniciaba la expropiación de este inmueble que fue declarado como un Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento en 1986 y que se ubica en el casco histórico de Adeje.
El alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, puntualizó que “hace un año vivíamos un momento importante con el inicio de este expediente que supone el rescate de la historia adejera, la cual tiene en la Casa Fuerte, una parte importante y debemos rescatarla para conservarla y así las generaciones futuras puedan disfrutarla”.
La expropiación de los terrenos colindantes ha sido negociada con las personas propietarias de los mismos, quienes han reconocido la necesidad de transmitir los bienes a favor del Ayuntamiento de Adeje, entidad que se compromete a abonar el coste de los terrenos y a ejecutar a su costa las obras de adecuación que sean necesarias tanto en el plan General de Ordenación como en lo que respecta al dominio público para su uso común por la generalidad de la ciudadanía.
Estado de deterioro del lugar
El rescate de la Casa Fuerte se inicia dado el evidente deterioro y estado de ruina de este bien inmueble histórico, tanto por el paso del tiempo como por el consciente abandono actual por parte de las personas propietarias, a lo que hay que añadir las acciones de expolio y destrucción sistemática que incluyen el derrumbe de muros y grafitis.
El informe técnico alertaba de la necesidad de una actuación urgente antes de que “el daño sea irreversible” y detalla innumerables desperfectos y daños en la Casa Fuerte que incluyen, caídas de tejados, deterioro de piedras constructivas o la desaparición de esgrafiados e idolillos de gran valor histórico-artístico.
La Casa Fuerte de Adeje, con sus 466 años de antigüedad, marca la historia de la colonización del suroeste de Tenerife. Hacienda, protegida por un castillo con una función defensiva ante la amenaza de piratas.
Este inmueble constituía el centro económico de la zona en la que se desarrollaban actividades económicas de diversa naturaleza, desde las agrícolas hasta las ganaderas, pasando por otras de carácter extractivo y transformador.
Así, junto a la explotación forestal cuyo objetivo era la obtención de leña, se desarrollaba el cultivo de cereales, cañaverales y productos hortícolas, las cabañas caprina, bovina, mular y camellar.
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