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La ‘guerra de hamacas’ llega al límite en un hotel de Canarias: “Papá, baja, que le están pegando a mamá”

Santiago narra en Diario de Avisos el episodio violento del que fue víctima su esposa, a quien un turista británico le volcó la tumbona para echarla: "Tuvimos miedo"
Vista aérea de Corralejo, en Fuerteventura. Shutterstock
Vista aérea de Corralejo, en Fuerteventura. Shutterstock

La denominada ‘guerra de hamacas‘ suma un nuevo capítulo en Canarias, esta vez en un conocido hotel ubicado en Corralejo (Fuerteventura). Santiago y su familia escogieron la Isla para pasar unos días de vacaciones, que lamentablemente se vieron empañados por una presunta agresión a su esposa por parte de dos turistas ingleses.

Los hechos tuvieron lugar el lunes, justo después de comer. Según narra Santiago, su esposa, de 53 años, y sus dos hijas, de 18 y 22 años, decidieron ir a la piscina mientras él se echaba una siesta. La mujer, que “no sabe nada de inglés”, se sentó en una tumbona que estaba vacía y, de repente, dos varones británicos, de unos 60 y 30 años, “empezaron a insultarla”. ¿El motivo? Santiago afirma que “tomaron por costumbre que las hamacas que estaban delante de su habitación eran suyas”.

“Para echarla, el señor mayor, que aparentaba estar ebrio, le volcó la hamaca, que le cayó encima del pie”, señala el marido. Ella se asustó, no entendía qué estaba pasando. Sus hijas tampoco. Según el testimonio de Santiago, otros huéspedes del hotel que estaban en la piscina en ese momento reprocharon inmediatamente la actitud violenta de los dos hombres.

Por su parte, las jóvenes le enviaron un WhatsApp a su padre para pedirle que fuera en cuanto pudiera: “Papá, baja, que le están pegando a mamá”. Asegura que a ellas también las empujaron. “Bajé y a los dos segundos llegó la Guardia Civil, que separó a todo el mundo” y tomó los datos de las víctimas, los presuntos agresores y la socorrista de la piscina.

“Tuvimos miedo”

Lo que realmente indigna a Santiago es la actitud del gerente con el tema de las tumbonas. “Esa mañana, antes del altercado, me dijo, literalmente: ‘Yo no me voy a enfrentar a los ingleses. Enfréntese usted”. Y es que el huésped ya había advertido al hotel de que faltaban hamacas, recibiendo respuestas contradictorias. Una situación por la que presentó una hoja de reclamaciones.

“La gente se levanta a las 6.30 de la mañana. Si no te quieres pegar el madrugón, no vas a tener tumbona. Y, claro, nosotros hemos pagado para venir a pasar unos días a Fuerteventura, pero también nos apetece echarnos un baño y tumbarnos en las hamacas”, subraya.

Tras el incidente de la piscina, Santiago y su familia temieron que la cosa fuera a mayores y optaron por cenar fuera del hotel. “Nos compramos algo en el supermercado y fuimos a ver el atardecer a El Cotillo; estábamos acojonados”, detalla. Y para evitar nuevos conflictos con los dos británicos, se pusieron en contacto con la agencia de viajes, que les cambió de hotel.

“No tomaron medidas contra los agresores”

Según Santiago, el establecimiento hotelero “no tomó medidas contra los agresores y a nosotros nos trataron con desprecio. De hecho, nos tuvimos que ir porque teníamos miedo de que nos pegaran o cualquier cosa”.

Los afectados piensan denunciar los hechos en Albacete, donde residen. “Cuando lleguemos, iremos a que le hagan un parte de lesiones a mi mujer, que le duele el tobillo y la espalda, y pondremos una denuncia”.

El responsable del hotel ha declinado dar su versión de los hechos a este periódico.

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