La mañana empezó bien y con fuerza, con el tradicional grito de ‘Viva San Roquito’, como cada 16 de agosto, uno de los días más esperados para Garachico, la comarca y la Isla, dado que la romería de San Roque es una de las más populares y concurridas. Sin embargo, la fiesta tuvo que suspenderse unas horas antes de su inicio debido a la situación de los montes de la Isla, afectados por un incendio que no ha parado de crecer.
“Me siento muy triste pero es la mejor decisión que se puede tomar”, anunció el alcalde, José Heriberto González, a través de sus redes sociales.
La jornada comenzó con la misa y procesión de los peregrinos y el traslado de San Roque desde la ermita hasta la parroquia de Santa Ana acompañado de una petalada de rosas desde varios balcones.
Fue tras la celebración de la misa mayor, cuando el cura párroco confirmó la suspensión del evento ante la sorpresa de muchos de los presentes que no conocían la fuerza que había tomado el fuego.
De forma paralela, la Corporación municipal y la Policía Local se desplazaron al solar donde se encontraban las carretas, y se lo trasladaron a los carreteros entre los cuales sonó un fuerte aplauso.
Horas después, y adaptándose a la coyuntura, los garachinquenses se congregaron en ese punto para disfrutar, de forma diferente, de una especie de romería estática en la explanada de tierra ubicada por encima de la plaza Ramos Arocha, donde se encontraban las carrozas, para comer, reír y cantar a ritmo de parrandas.
“No se puede saber si la romería se celebrará en otro momento “porque el incendio sigue activo y sería apresurado tomar cualquier decisión”, declaró el concejal de Fiestas, Andrés Hernández, quien reconoció que pese a todo, “es un día de fiesta aunque el pueblo está triste porque San Roque no está en las calles”, subrayó.
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