La rotonda de la Cuesta de la Villa, en el municipio de Santa Úrsula, fue ayer abierta al tráfico hacia la TF-5 de manera parcial, es decir, solo en sentido descendente, mientras que en dos semanas se rematará en sentido ascendente, confirmó a este periódico el consejero insular de Carreteras, Dámaso Arteaga.
“Todavía la subida desde el otro lado de la autopista sigue cortada y continúa funcionando el semáforo en ese punto para ordenar los carriles provisionales que se han habilitado”, añadió el responsable insular.
No obstante, las obras de construcción de este enlace, que permitirá mejorar la intersección de la TF-217 con el acceso a la autopista del Norte, se prolongarán hasta los meses de noviembre o diciembre, en los que se restablecerá la normalidad en el tráfico de manera definitiva.
Los trabajos comenzaron a finales de enero y el compromiso era abrir en septiembre al tráfico, recuerda el consejero. El retraso en la ejecución se debe al desnivel del terreno, que requirió hacer rebajes para que la rotonda tenga visibilidad en todos sus ramales y de esta manera reduzca el riesgo de accidentes. “Sortear esta dificultad ha sido bastante complicado, sobre todo, dejando pasar al tráfico en ambos sentidos, por lo tanto, la solución se ha prolongado en el tiempo”, explicó Arteaga.
La rotonda tiene unos 30 metros de diámetro exterior y cuenta con tres ramales que permitirán mejorar la circulación de los vecinos de la zona, además de dar solución a los atascos que se producen en esta zona, dado que permitirá ganar fluidez en la TF-217, una carretera por la que circulan a diario unos 3.530 vehículos, cuyos conductores llevan años sufriendo a diario retenciones tanto desde la autopista TF-5 como desde La Orotava.