En el norte de Tenerife, en concreto en Tacoronte, se encuentra un tesoro escondido en los recovecos del Bosque de Agua García. Este lugar, conocido como Las Cuevas de Toledo o Cuevas de Vidrio, alberga una historia subterránea a lo largo de los siglos.
Situadas en el sendero de Los Guardianes Centenarios, estas históricas cuevas se enmarcan en el Paisaje Natural Protegido de Las Lagunetas. El entorno que las rodea es un espectáculo natural con los cauces de los Barrancos de Toledo y del Salto Blanco, adornados por la laurisilva y los viñátigos centenarios.
Sin embargo, es en el interior de estas cuevas donde reside un pasado poco conocido. Durante el siglo XVI, fueron excavadas con un propósito: extraer material necesario para la fabricación de vidrio. En aquel entonces, era un recurso valioso y preciado, utilizado en una variedad de aplicaciones, desde ventanas hasta objetos ornamentales.
Hoy en día, estas cuevas han dejado atrás su función original y se han transformado en un rincón curioso y sorprendente para niños y adultos.
Un detalle que intriga a los visitantes es el “abuelo” de todos los Viñátigos que se encuentra junto a las cuevas. Se trata de un árbol autóctono de Canarias y se cree que tiene entre 800 y 1.000 años de antigüedad. Con la misma edad que el famoso Drago Milenario de Icod de Los Vinos, es testigo silencioso de los cambios a lo largo de los siglos en esta tierra.
@mariagil701 Las Cuevas de Toledo o «Cuevas de Vidrio», de donde se extraía la traquita que, a mediados del siglo XX, servía para fabricar vidrio y era uno de los rincones más curiosos de la isla de Tenerife en Agua García, Tacoronte. Parque recreativo Lomo la Jara. #tenerife #tacoronte #islascanarias #aguagarcia #fyp #foryou ♬ original sound – ilovethe80s
¿Cómo se llega a las cuevas?
Para acceder a este rincón histórico, los visitantes deben buscar el cruce de los cuatro caminos, que se puede alcanzar en coche siguiendo las indicaciones del parque recreativo de Lomo la Jara. Desde este punto, un sendero se adentra en el bosque y transcurre en paralelo a la pista. A través de una serie de escaleras, se llega finalmente a las cuevas.
Las Cuevas de Toledo son un recordatorio tangible de la conexión entre el pasado y el presente, y cómo el esfuerzo humano ha dejado su huella en la tierra.