Aunque compagina tres cargos, Emilio Navarro Castanedo quiere que le sigan llamando, por encima de todo, “alcalde”. Senador por la isla de Tenerife y presidente insular del Partido Popular, él lo tiene claro: “Por encima de todo quiero seguir siendo el alcalde de mi pueblo, de Santiago del Teide”.
Hasta ahora, dice, lleva bien eso de compaginar el Senado con la Alcaldía, entre otras razones porque “el Senado está casi parado a la espera de que haya un nuevo Gobierno, que lo habrá, porque no creo que los independentistas quieran ir a otras elecciones”, contó ayer en una entrevista en Onda Tenerife.
Pero a él, sobre todo, se le ve feliz cuando se le pregunta por su municipio, y tiene razones para hacerlo, cuando ha vuelto a sumar este año una nueva mayoría absoluta y ve brotes verdes en el horizonte de sus ciudadanos. “Somos -comenta- el municipio con el menor índice de paro de Tenerife y eso a pesar de que tenemos un grave problema de vivienda para alojar a los trabajadores”, recuerda.
Pero también porque Santiago del Teide lleva dos años experimentando un crecimiento poblacional, recuperando otra vez los 11.500 habitantes, y, lo que es más trascendental, “rejuveneciendo” una de las poblaciones más longevas del sur de la Isla, con más del 20% de los residentes por encima de los 65 años, mientras que los jóvenes menores de 18 años no alcanzan el 15%.
Ante una situación así, Emilio Navarro se muestra optimista por “la llegada después de la guerra de Ucrania de unos 300 ucranianos al municipio, que lo han hecho de manera permanente porque han comprado su vivienda aquí, no como los ingleses, que siguen siendo mayoría, habituados a residir seis meses aquí y otros seis en su país, la gran mayoría”. Junto a este incremento de ucranianos, el alcalde destaca igualmente la presencia cada vez más acusada de venezolanos, que ya alcanzan una cifra importante, en torno a los 700, superando a los italianos, alemanes y rusos, y solo por debajo de los británicos. Hay que recordar que Santiago del Teide es el único municipio tinerfeño donde la población extranjera es superior a la española.
Para destacar este aumento poblacional, con la especial incidencia de ucranianos y venezolanos, Emilio Navarro utiliza la educación. “Antes pensábamos en cerrar colegios ante la falta de niños y ahora vamos a tener que abrir otros”, señala con rostro de satisfacción con lo que ello significa para “rejuvenecer” a su pueblo, que tiene la costa colmatada – “no tenemos el litoral de Guía de Isora o Adeje, y estamos entre cuatro parques”, recuerda-, pero que aspira a seguir creciendo en las medianías, en donde se vislumbra “un hotel de cinco estrellas, sostenible, una categoría que falta en el municipio”, afirma.
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