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Estos son los dos pueblos mágicos de Canarias: han apostado por un turismo sostenible y responsable

La calidad de vida, la gastronomía, el urbanismo o el patrimonio, los aspectos a destacar
Estos son los dos pueblos mágicos de Canarias: han apostado por un turismo sostenible y responsable

El Instituto de Desarrollo Local y Estudios Sociales IDL es una organización sin ánimo de lucro que ha puesto en marcha la iniciativa Pueblos Mágicos con el fin de impulsar el conocimiento y desarrollo turístico sostenible de los lugares que participen en el programa. En esa lista figuran dos pueblos mágicos de Canarias.

“La Iniciativa Pueblos Mágicos  pretende ayudar a los municipios a poner en valor sus recursos locales impulsando el Desarrollo Turístico Local. Analizamos cada territorio en base a diez áreas de trabajo que incluyen Calidad de Vida, Urbanismo, Patrimonio, Fiestas y Tradiciones, Gastronomía y Productos Locales, Paisajes, Naturaleza y otros intangibles que hacen que unos pueblos sean únicos, sean mágicos”, afirman. 

Los pueblos mágicos de Canarias

Icod de los Vinos. Símbolo icónico de Canarias, se sitúa al pie del majestuoso Teide. Ostenta la más extensa área de bosque en Canarias, dominada por el pino canario, y alberga la Cueva del Viento, que se posiciona como la cuarta cueva más grande del mundo en su categoría.

Ubicado en Tenerife, Icod de los Vinos es un destino que despliega sus encantos a través de empinadas calles, conduciendo a sus visitantes hacia rincones llenos de historia y cultura, perfectos para explorar y socializar con los locales. El lugar cuenta con miradores que ofrecen vistas panorámicas hacia árboles ancestrales, destacando un árbol particularmente imponente, rodeado por un jardín exuberante donde las plataneras y las plantas medicinales se extienden en todas direcciones.

Icod se distingue por su rica tradición y su vibrante vida cultural, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de sumergirse en sus festividades, disfrutar de momentos de ocio, así como explorar opciones de turismo activo y rural. Además, se jacta de poseer uno de los mejores climas de Europa.

La localidad es renombrada por su vino, especialmente por el vino de malvasía, producido en terrenos de roca volcánica, una auténtica fuente de orgullo para los habitantes de Icod. Este vino es un acompañante infaltable en la mesa, listo para ser degustado y disfrutado por todos. Icod también se destaca en el ámbito gastronómico, con platos profundamente arraigados en la tradición local, llenos de sabor y carácter, como su emblemático “condumio de conejo”, un auténtico secreto culinario de la región.

Tijarafe. Enclavado en la isla de La Palma, donde la vibrante pulsación de la naturaleza y la pura autenticidad se funden en una armoniosa danza de sentimientos y sensaciones. Los valles rebosantes de verdor, junto con sus exuberantes bosques, murmuran secretos ancestrales que hacen eco en el interior de aquellos que se aventuran por sus caminos. En este lugar, las caricias del viento en el rostro y las pinceladas de colores intensos del sol en el horizonte crean una escena de belleza infinita.

Sin embargo, lo que realmente distingue a Tijarafe es el espíritu tenaz y resiliente de su gente; su habilidad única para mirar más allá de los contratiempos y hallar fortaleza en la unidad y la cohesión comunitaria. En esta localidad, la solidaridad se manifiesta en un abrazo colectivo, y cada desafío se enfrenta con una mezcla de coraje y determinación inquebrantables. Tijarafe es la prueba viva de que, cuando los corazones se unen en un propósito común, no existe adversidad que no pueda ser vencida.

Aquí se entretejen relatos de resiliencia, crecimiento y amor profundo por esta tierra que nos brinda sustento y vida. Tijarafe se erige como el epicentro de intensas emociones que nos alientan a soñar más grande, a no rendirnos jamás y a descubrir la grandeza que reside en lo más recóndito de nuestro ser.

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