El II Plan Municipal de Atención a la Infancia, a la Adolescencia y a la Familia, aprobado a finales de septiembre por el Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, ha contado con unos jueces inusuales, pues han sido los propios menores los que han sometido a examen muchas de las acciones del Consistorio destinadas a mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes de la localidad. El objetivo de este documento es que la capital revalide su sello como Ciudad Amiga de la Infancia, otorgado por Unicef desde 2018.
La concejala de Acción Social, Educación y Juventud, Charín González, explicó que “el municipio aspira a renovar este reconocimiento, para lo que presentó su candidatura el pasado 14 de agosto y, precisamente por ello, este instrumento busca recoger aquellas actuaciones destinadas a mejorar la calidad de vida de los niños y niñas de la capital, que han dado su particular visión sobre cómo quieren que sea su ciudad”.
González indicó que para llevar a cabo este diagnóstico se creó un grupo motor infantil, integrado por menores y jóvenes de diferentes distritos de la capital, junto a niños y niñas pertenecientes a Servicios de Día y ONG como Nuevo Futuro y Aldeas Infantiles, en aras de fomentar e impulsar un mayor compromiso social”.
El II Plan Municipal contiene un total de 45 objetivos, evaluados a través de 58 indicadores, que han detallado los logros y avances conseguidos en años anteriores, recogidos en el I Plan, así como detectar debilidades o proponer nuevas líneas que se han de mejorar de cara a los cuatro próximos años.
El documento, alineado con los indicadores de Unicef y los Objetivos de Desarrollo Sostenible estipulados por Naciones Unidas, recopila -una vez finalizado el diagnóstico- que la principal demanda de los menores es contar con una ciudad más verde y accesible, petición en la que el Ayuntamiento ha trabajado con “la creación de cinco nuevos parques infantiles, más otros dos que están a punto de abrir y que se sumarán a los 168 ya existentes”, subrayó la concejala.
Entre las debilidades a raíz de este estudio, Rosario González subrayó que “la principal ha sido la falta de personal para los equipos municipales que trabajan en casos de situaciones de riesgo, tales como psicólogos, educadores sociales y técnicos. Carencia que será corregida el próximo año cuando se incorpore el nuevo personal una vez que se acaba de aprobar la nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT)”. Asimismo, otras debilidades instan a mejorar los datos de absentismo y la asistencia social para ayudas a la alimentación, el alquiler de viviendas o la atención a familias vulnerables y a niños con necesidades especiales. “Se están reforzando todas las acciones en este sentido y vamos por el camino correcto para continuar siendo una ciudad amigable con la infancia”, aseveró la concejala.
El documento recoge en sus conclusiones diversos indicadores destinados a orientar y cimentar las bases del II Plan e incorpora la presentación de un análisis DAFO vinculado a la situación actual de la infancia y la adolescencia en el municipio.
De acuerdo con los datos, a fecha de 1 de enero de 2023, la población comprendida entre los 0 y los 17 años de edad alcanzaba la cifra de 29.774 jóvenes, destacando la mayor concentración poblacional en los distritos de Salud-La Salle y Suroeste, con 7.435 y 9.249 jóvenes cada uno.
La población juvenil está compuesta por niños y niñas con edades comprendidas entre los 10 y los 17 años, haciendo hincapié en el bajo índice de natalidad. Por su parte, la población extranjera menor de 18 años asciende a 2.030 jóvenes, de los cuales 495 no superan los 5 años de edad.
Asimismo, se detectan otras debilidades, como ratios de absentismo escolar mejorables (3.109 casos sobre el total de matriculados en el municipio: 21.446); falta de recursos humanos en distintos servicios municipales esenciales, como los Equipos de Riesgo; no se identifican actuaciones en el impulso de políticas y campañas educativas de limpieza; ausencia de canales informativos efectivos para la puesta en conocimiento de programas y actividades que se van a desarrollar o inexistencia de actuaciones que permitan resolver las carencias de material escolar.
Sobre las amenazas, se revela la ausencia de actividades dinamizadoras en el espacio público, con instalaciones vacías y su desuso por parte de la población infanto-juvenil; mejorar la eficacia de los programas actuales en materia de prevención, detección y actuación en los casos de acoso y/o bullying en los centros escolares; elevar la atención prestada sobre servicios vinculados a la conciliación familiar (ampliación de horarios o eliminación de barreras de acceso por edad); alto porcentaje de menores con una alimentación poco adecuada y/o problemas de sobrepeso; significativo número de hogares en situación de pobreza moderada y/o severa; incremento de la ratio de adicciones entre la población juvenil (alcohol, drogas, tecnologías) o reducido número de plazas disponibles en los Servicios de Día municipales.