La Ley de Bienestar Animal que propone la Unión Europea podría incrementar de manera importante los precios de productos cárnicos como el pollo. Es, al menos, lo que sostienen los ganaderos, que piden ser tomados en cuenta a la hora de abrir el debate sobre esta cuestión. Sus cuentas son claras: el pollo subirá un 30% el precio final de mercado.
Los productores creen que la carne de vacuno y de conejo, además de la de pollo, alcanzarán precios que, además, no serán competitivos con los de otros países fuera de la Unión Europea, como reconoce Theo Hernando, secretario general de Asaga (Asociación de agricultores y ganaderos de Canarias): “El problema es que cuando se hacen leyes al margen de los implicados pasa esto. Estamos hablando de que esto puede provocar la desaparición de la ganadería en lugares como España”.
En declaraciones a Ponte al Día, de Televisón Canaria, Hernando recalcaba que el precio actual del kilo de pollo ronda, en algunos supermercados, los ocho euros, por lo que la situación, también para el consumidor, en su opinión, no mejorará: “Acabaremos inundados de productos de otros países en los que no figura esa ley y en la que, por tanto, no respetarán ni el bienestar animal y el de las personas que trabajan para ellos”.
La nueva regulación exigiría que los agricultores y ganaderos disminuyan la concentración de animales en sus explotaciones en un 30%, lo que significa menos cantidad de animales ocupando mayores áreas.
Esta medida conllevaría a que los productores enfrenten incrementos en los costos a cambio de una producción reducida. Dicha regulación requeriría una inversión de 35.000 millones de euros en las industrias avícola, porcina y de cría de conejos, una situación que podría resultar en el cierre de la mayoría de las granjas existentes y provocaría un aumento adicional en los precios de los productos.