medio ambiente

“El cambio climático está secando los bosques de laurisilva y afectando a la fauna, cuando antes casi ni se quemaban”

A sus 65 años, Pedro Felipe puede presumir de ser un referente de los cineastas de la naturaleza más reclamados de las Islas

Es uno de los documentalistas y naturalistas más prestigiosos de Canarias y no descansa. Aunque le ha costado asentarse y no esconde los altibajos de una labor compleja que requiere de mucha pasión, paciencia y apoyos (que no siempre ha tenido, ni mucho menos), a sus 65 años, Pedro Felipe puede presumir de ser un referente de los cineastas de la naturaleza más reclamados de las Islas.

Si bien a veces duda de si ha merecido de verdad la pena su dedicación durante 30 años a difundir, defender y alertar de los riesgos para el medio ambiente del Archipiélago, también le honra, por ejemplo, la aceptación de los alumnos de Secundaria de sus series sobre aves o saber que ha sumado a más de uno y una a la causa conservacionista, su causa. Eso sí, en lo que sigue advierte de situaciones que le tienen más que preocupado desde hace años, como que “el cambio climático está secando los bosques de laurisilva canarios y afectando a su fauna, cuando antes casi ni se quemaban”.

-Tras tres décadas trabajando e investigando como documentalista, ¿cómo ve la situación actual del mundo animal y la naturaleza en Canarias?

“La verdad es que, mientras he rodado en el campo en estos 30 años, he visto cosas que desconocía a nivel científico, pero, también en este tiempo, he notado los cambios en nuestras Islas. Ya somos más de dos millones de habitantes y, con todo el turismo que hay, la presión humana sobre el medio ambiente es terrible, muchísimo más que hace tres décadas por el deterioro de los hábitats naturales que nos quedan. Por ejemplo, en Tenerife se ha destruido gran parte de nuestra isla”.

-¿Con qué ecosistemas y especias es más pesimista?

“Me preocupa especialmente el cambio climático desde hace tiempo, que es brutal y que se está notando cada vez más…”.

-¿Ha apreciado mucha diferencia respecto a sus primeros años de trabajo de campo?

“Lo que más he notado es que las sequías son cada vez más largas respecto a las de antes. Está claro que los nacientes en los bosques de Canarias se están secando y son muy importantes para la fauna. Desde los últimos 20 años, esos nacientes están prácticamente secos, el bosque se reseca y, por ejemplo, en la laurisilva, que es un monte verde, hay ocasiones en que parece que estás en un bosque caducifolio (de tipo templado) porque se están secando los árboles y muchos, perdiéndose”.

-A eso se une que los incendios son cada vez más frecuentes, más voraces y se dan casi todo el año en el Archipiélago…

“Sí, claro; cada vez más voraces. De hecho, el problema de la laurisilva es que era un bosque que antes casi no se quemaba, pero, ahora, es mucho más vulnerable a los incendios. También tenemos que darnos cuenta de que vivimos en una sociedad, prácticamente, de espaldas a la naturaleza. Además, están esos individuos empeñados en acabar con la naturaleza prendiéndole fuego en nuestras islas año tras año. Es otra cosa terrible y, por eso, creo que falta mucha más educación ambiental”.

-Es un documentalista reconocido y premiado, pero, precisamente por esa evolución, ¿cree que ha merecido la pena su esfuerzo a la hora de convencer, de concienciar a nuevas generaciones sobre la conservación de la naturaleza o tiene la sensación, a veces, de fracaso?

“Bueno, las dos cosas… Uf, a veces es como lo de predicar en el desierto. Tienes la sensación de que estás en un desierto y no hay nadie, pero, sin embargo, creo que es imprescindible seguir empeñándonos en transmitir y mostrar al público en general el valor que tiene nuestra naturaleza, que la conozcan y aprendan a quererla. Y, para eso, insisto, la educación es fundamental. A mí, por ejemplo, me encanta que, como me pasó hace unos meses, cuando se llevó una película mía que hice para SEOBirdLife sobre las aves de Canarias, todos los chiquillos y chiquillas, de diferentes institutos, reaccionaron muy bien. Siempre que se capte a uno o dos para esta causa, vale la pena”.

-¿Ve más concienciación ambiental en las nuevas generaciones, con lo de Greta Thunberg y demás, o están permeando discursos negacionistas del cambio climático como el de Vox en los más jóvenes?

“Supongo que hay de todo. Cuando uno es joven es medio revolucionario; todos lo fuimos y parece que ahora ser revolucionario es estar con Vox, y la verdad es que no sé qué revolución puede ser eso. Por un lado, sí temo que vayamos para atrás y no hacia adelante, y es una pena porque los documentales sobre naturaleza y la educación ambiental han tenido importancia, pero somos muchos y, si captas a 100 personas para que se interesen y luchen por conservar la naturaleza de verdad, siempre habrá otros cientos que no, que hagan lo contrario, que están en otra cosa”.

En las administraciones, al menos, ¿sí ha notado más sensibilidad en estos 30 años? Por ejemplo, la reciente ley del cambio climático en Canarias, ¿le convence, cree que se va a aplicar por este Gobierno regional, con un PP que no la apoyó?

“Sinceramente, no me la he leído, pero soy escéptico. Es verdad que cada vez hay más leyes, pero ves que no se implementan adecuadamente. En realidad, creo que la gente pasa; por ejemplo, está prohibido hacer ciertas cosas, pero muchos pasan de esas prohibiciones y ese es uno de los grandes problemas. No obstante, es cierto que las administraciones son cada vez más sensibles y que las cosas han cambiado para bien”.

-Más allá de la laurisilva, ¿dónde está notando más el cambio climático en las especies animales y vegetales?

“Todo va unido, pero, por ejemplo, ahora estoy trabajando con un arbusto endémico, las higueretas, en Tenerife, y sus interacciones con aves endémicas para comprobar cómo polinizan a estas plantas y este año, por efecto del cambio climático, la floración ha sido temprana, antes de tiempo y no han florecido bien. Luego llegaron las sequías y se secaron todas las plantas. Ahora vuelven a florecer y, en definitiva, compruebas que se está trastocando todo: la reproducción, la floración… Y todo eso no es nada bueno porque se pierde el equilibrio…

-¿Qué le dice, entonces, a los que siguen negando el cambio climático a diversas escalas?

(Risas). “Bueno, esto es como todo, como aquellos que dicen que Rusia no está en guerra, sino en una operación especial. Es el cinismo e hipocresía tan grandes de los seres humanos, que no vemos más allá de nuestros intereses actuales, pero sin pensar en los del futuro, en los de nuestros hijos. No podemos cargarnos el planeta de esta manera y debemos ser conscientes todos porque cualquier cosita que uno haga en su casa y entorno, como ahorrar agua o luz, es un granito de arena en ese sentido”.

-¿En qué nota más estos cambios en las aves canarias?

“Están desapareciendo plantas, eso hace que falten alimentos para otras especies y, como todo es una cadena, está claro que todo se está alterando, como la reproducción de las aves”.

-Sin embargo, se afirma que cada vez hay más aves silvestres, quizás porque los herbicidas y pesticidas no son tan dañinos: ¿lo ha notado también?

“Sí, aunque esto va por épocas. De hecho, no todo es negativo y hay especies de aves que se están recuperando. Es verdad que algunas están a punto de desaparecer, como el águila pescadora; otras lo han estado, como el cuervo, pero, en los últimos años, algunas se han recuperado y vuelto a sus dominios, como los halcones de Berbería, que prácticamente desaparecieron y, de forma natural, han vuelto a recolonizar y ahora están en todas las Islas. Es verdad que el abandono de los terrenos de cultivo tiene alguna cosa buena porque se han recuperado bosques termófilos y empieza a haber hábitats más adecuados para especies como la paloma rabiche, también la turqué, pero especialmente la rabiche, cuyas poblaciones en Tenerife casi desaparecen…”.

-Y es muy conocida su lucha en los 90 por estas palomas en parajes como Rambla de Castro (Los Realejos): ¿en esto sí siente que su trabajo ha servido?

“Sí, aunque todos los que nos gusta la naturaleza hemos aportado cosas con documentales o sensibilización para ese logro. En el caso de estas palomas, lo importante es que la concienciación cambió y la gente ya no va por ahí con una escopeta de balines disparándoles…”.

-También es cierto que las cuantías de las sanciones han subido de forma considerable…

“Sí, claro, por supuesto. Ya no es como antes: se respeta mucho más y es verdad que los libros y documentales han hecho mucho por esto, pero también la recuperación de los bosques por el abandono de los cultivos. Han aumentado tanto las poblaciones de palomas rabiche que, por ejemplo, ahora es fácil verlas. Hace 20 años, no las había ahí”.

-¿Están afectando mucho las especies invasoras, tanto de fauna como de flora?

“Por supuesto, las aves, reptiles, las culebras en Gran Canaria, las cabras asilvestradas en Teno o Anaga, las ovejas en La Gomera… Los herbívoros están haciendo un gran daño a la flora nativa, como el arruí, que se trajo en los años 70 para el disfrute de algunos cazadores, ni siquiera de todos, y ahora está causando un daño enorme. He visto zonas en la Caldera de Taburiente, por ejemplo, donde antes hubo arruís, a las que se les puso una valla para que no accedieran y se transformaron por completo: donde no había nada con especies endémicas, ahora han vuelto. Hay que quitarlo, pues su daño es terrible”.

-¿Le parece bien la ley de protección animal?

“Es verdad que cambian muchas cosas con esa norma, pero vivimos en islas y todo esto hay que tenerlo controlado”.

-¿Cree, al menos, que está bien orientado su contenido?

“Sí, pero, aunque no la conozco a fondo, seguro que tiene cosas buenas y malas”.

-Las producciones audiovisuales están viviendo una etapa de esplendor en las Islas en los últimos años, ¿cómo lo ve un documentalista premiado?

“Es más para el cine. Parece que eso no se da con los documentales de la naturaleza y, de hecho, ni me presento a las ayudas porque están más enfocadas hacia las películas de ficción, a los cortos… Me las dieron en el pasado, pero, en los últimos años, me he presentado a dos convocatorias y ni lo vieron, y lo mismo le ha pasado a Rafa Herrero, un documentalista de fondos marinos de lo mejor que hay en Canarias”.

-¿Se siente defraudado; deben darle una vuelta a esto?

“Sí, creo que los documentales de naturaleza deberían valorarse de otra manera, no es como la ficción, pero también es arte…”.

-Y más con los espacios naturales que tenemos, los protegidos y los que no, los 600 endemismos botánicos, la fauna…

“Sí, pero en serio que dedicarse a esto no es fácil. Puedes tardar varios años para levantar un proyecto de documental”.

-¿Llegó a replantearse su actividad de documentalista, casi tira la toalla varias veces por esas dificultades?

“Sí, claro que sí: ha habido momentos, y los sigue habiendo, muy difíciles, porque esto lleva mucho tiempo realizarlo, se tarda un año o más hacer un documental y, si no cuentas con la financiación adecuada, corres el riesgo de que no te llegue y, encima, luego tienes que pensar en otro y en otro trabajo… No obstante, no me puedo quejar en estos últimos años”.

-¿En qué trabaja ahora?

Estoy terminando un documental, por encargo, sobre la modelación de Gran Canaria por el tiempo, que se une al de 2022 sobre Cumbre Vieja (La Palma). Además, estoy en otras cosas a medio plazo, rodando desde hace dos años interacciones de fauna, para un nuevo trabajo que se conocerá pronto”.

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