Adeje, dispuesta a asumir la gestión del Magma ante la parálisis del edificio

La situación de parálisis por la que atraviesa Magma Arte y Congresos, puesta en evidencia en los últimos meses por este periódico, ha llevado al alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, a “sumarse al malestar de la sociedad civil” por la gestión de este edificio “tan potente desde el punto de vista arquitectónico y funcional, que fue una apuesta importantísima”, según dijo ayer a DIARIO DE AVISOS.
Con un coste de 30 millones de euros, el Magma pretendía dotar a Tenerife -concretamente, al Sur y, específicamente, a Adeje- de una instalación para que el sector turístico ganara en competitividad, profundizando en el segmento del turismo MICE (fundamentalmente, viajes de negocios, de incentivos, empresariales y de congresos). Se inauguró en 2005.
El Magma es una concesión administrativa del organismo público Canarias Congress Bureau Tenerife Sur (CCB Tenerife), dependiente de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, y que explota la empresa Blue Marketing Events SLU. Sin embargo, no alberga ningún evento de nivel desde 2015 y, además, ha perdido la organización de la IV Convención de Turespaña, que tendrá lugar en el auditorio de Adeje ante la inoperatividad del Magma, según confirmó el Cabildo de Tenerife. Todo ello salvo que Turismo solvente esta situación antes de esta fecha. Este periódico trató ayer, sin éxito, de lograr una respuesta del Ejecutivo autonómico sobre la resolución o no del contrato, a pesar de la importancia de la situación.
Rodríguez Fraga, por su parte, dijo que la apuesta por el modelo de gestión del Magma “no está funcionando. Hay un profundo malestar y yo me uno, porque tenemos una infraestructura que no se puede usar y que está obsoleta”.
Tras la visita que la consejera autonómica de Turismo, Jessica de León, hizo días atrás a su municipio, el alcalde dijo que “le he expresado mi disponibilidad, la disponibilidad del Ayuntamiento de Adeje, si es necesario, a que establezcamos un acuerdo para que realmente funcione. No es que nos volvamos locos por gestionarlo directamente, pero queremos que funcione. Y que se use para lo que fue diseñado. No solo para congresos, sino otras actividades vinculadas. El propio edificio es en sí mismo un valor”.