La nueva ubicación de la estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) de San Vicente, en Los Realejos, próxima a Rambla de Castro, provocará serias afecciones en la rica biodiversidad de este espacio natural protegido y su valor paisajístico, catalogado como Zona de Especial Conservación por su fragilidad, siendo el último palmeral de costa de la isla de Tenerife.
Así lo advierten los colectivos ecologistas Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN); Asamblea En Defensa de Nuestra Tierra (ADNT); Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC); Salvar la Tejita; Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello; Fundación Canarina; Rebelión Científica; Colectivo Ecologista La Tabona; Coordinadora El Rincón- Ecologistas en acción; Federación Ben Magec-ecologistas en acción; Ecoocéanos; Asociación para el desarrollo comunitario Agentes del Cambio; Plataforma Los Silos Isla Baja y Red Taknara, que consideran que esta infraestructura afectaría de lleno a la Zona de Especial Conservación (ZEC) de la Red Natura 2000 donde se encuentra una muestra del hábitat de interés comunitario HIC 9370 Phoenix canariensis. Por esta razón expresan “su firme preocupación y descontento con esta propuesta”, promovida por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y ejecutada por la Sociedad Mercantil Estatal Aguas de las Cuencas de España, S.A. (Acuaes) y el Consejo Insular de Aguas de Tenerife.
El proyecto, contemplado dentro de las obras de construcción de colectores para el Valle de la Orotava, se ubicaba inicialmente “en el borde” del espacio natural protegido. Sin embargo, la dirección de obra y los técnicos propusieron cambiarla a la ladera de la urbanización Tropicana a los efectos de garantizar la impulsión de las aguas residuales generadas en dicha zona así como en el núcleo de San Vicente hasta el colector general de Los Realejos.
Los 15 colectivos insisten en que solo se trata de unos escasos metros de diferencia con el primer emplazamiento y por lo tanto, el “impacto paisajístico en la ladera sería evidente, especialmente en el entorno de la Rambla”. En este sentido, advierten la posibilidad que se produzcan vertidos al barranco en caso de averías y fuertes precipitaciones, afectando la playa de Castro “y asestando el golpe de gracia a un ya frágil ecosistema”.
También recuerdan que en 1987 el Parlamento Canario aprobó la Ley de Espacios Naturales de Canarias, clasificando la Rambla de Castro como un Espacio Natural Protegido para preservar su rica biodiversidad y su valor paisajístico.
A su vez, se debe tener en cuenta los objetivos de conservación, conforme a lo dispuesto en la ley 42/2007, de 13 diciembre, de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad y en la Ley 21/2013, de 9 diciembre, de evaluación ambiental, que garantiza una adecuada prevención de los impactos ambientales concretos que se puedan generar, al tiempo que establece mecanismos eficaces de corrección o compensación.
Según el informe del área de Gestión del Medio Natural y Seguridad, con el cambio se incrementa la distancia respecto al Paisaje Protegido de Rambla de Castro, igual que el acceso a la nueva EBAR y el punto de conexión eléctrica de la misma que quedan fuera del mismo.
Pero los ecologistas insisten en que “no están de acuerdo ni en la ubicación ni en el sistema que se va a utilizar. Nos parece un auténtico peligro el pozo absorbente y el aliviadero con vertido al Barranco de La Fajana que se contemplan porque podrían afectar el palmeral de Rambla de Castro”. Además, “en el informe queda claro que no se garantiza el riesgo cero de vertido en caso de que ocurriera una avería en el sistema”, subrayan por último.