El 3 de mayo de 1974 marcó la inauguración del rascacielos de la avenida Tres de Mayo, también conocido como el rascacielos de Santa Cruz, convirtiéndose en la estructura más alta de Tenerife en ese entonces. Aunque seguía rezagado detrás de las torres Yaiza I y II, así como del edificio Solyvista en Gran Canaria, la apertura del edificio más alto de Canarias en 2006 fue un evento de gran relevancia. Hasta la llegada de las Torres de Santa Cruz de Tenerife.
Durante el período comprendido entre 2004 y 2006, las Torres Santa Cruz I y II, también llamadas las torres gemelas de Santa Cruz, transformaron radicalmente el perfil urbano de la ciudad. Con una altura de 120 metros, sin contar con los pararrayos, se destacaron como un emblema para la isla al convertirse en el complejo residencial más alto de España en ese momento, un título que mantuvieron hasta 2010. Actualmente, siguen siendo las torres gemelas más altas del país, superando a las famosas Torres Kio por seis metros.
El complejo consta de dos torres idénticas, con una superficie total de 41 753 m², de los cuales 9613 m² se encuentran bajo rasante y 32 140 m² sobre rasante. Además, incluye cinco plantas subterráneas destinadas a estacionamiento y almacenamiento de agua.
Cada una de las torres cuenta con 32 plantas y alberga un total de 272 viviendas, con una superficie construida de 29 500 m². Cabe mencionar que las torres no se erigieron simultáneamente y que el proyecto experimentó un paréntesis de dos años tras el atentado al World Trade Center de Nueva York en 2001, antes de concluirse en 2006.
En la actualidad, además de ser el edificio más alto de Canarias, ocupan el décimo octavo lugar en la lista de los edificios más altos de España y fueron los primeros rascacielos canarios en figurar en dicha lista.
Los hermanos mayores de las Torres de Santa Cruz de Tenerife
Torre Sevilla (180,5 metros) La Torre Sevilla, con una imponente altura de 180,5 metros distribuida en 40 plantas, sobresale majestuosa sobre todos los demás edificios en la capital andaluza. No solo es un símbolo de grandeza arquitectónica, sino que también alberga un próspero centro comercial y sirve como sede para numerosas empresas. Su apertura en 2015 marcó un hito significativo, consolidándola como la puerta de entrada al Parque Científico Tecnológico Cartuja, el epicentro de innovación y desarrollo empresarial en la ciudad.
El diseño de la Torre Sevilla es obra del renombrado arquitecto argentino César Pelli, quien optó por combinar hormigón y vidrio en su estructura. Pero lo que realmente le confiere su carácter distintivo es la incorporación de unas lamas de color rojo terracota, que no solo añaden un toque estético único, sino que también cumplen una función práctica al adaptar el edificio al clima sevillano.
Torre de la Universidad Laboral de Asturias (130 metros) Con una altura imponente de 130 metros, esta torre, completada en 1956, ostenta el título de ser el edificio de piedra más alto de España. Un ascensor interno facilita el acceso hasta su planta 17, desde donde se puede contemplar una vista panorámica de la ciudad. Su arquitecto, Luis Moya Blanco, se inspiró en destacadas construcciones como el Faro de Alejandría, la Torre de Hércules y la Giralda.
Cabe mencionar que la torre se encuentra ubicada dentro de la Universidad Laboral, un complejo que ostenta el récord de ser el edificio más extenso de España en términos de superficie, con un total de 270.000 metros cuadrados.
Hotel Arts Barcelona (154 metros). El edificio más alto de Barcelona, erigido en 1992 con motivo de los Juegos Olímpicos, es el Hotel Arts. Situado en la entrada del puerto olímpico, este imponente rascacielos alcanza los 154 metros de altura, compartiendo su prominencia con otro edificio emblemático construido en la misma época: la Torre Mapfre. La única distinción entre ambos es que el Hotel Arts cuenta con cuatro plantas adicionales.
El diseño de esta icónica estructura fue encargado a Bruce Graham, y se caracteriza por una peculiar combinación de hierro blanco, poco común, que enmarca la torre de vidrio en tonos verdes y grises. En su interior alberga el prestigioso Hotel Ritz Carlton, así como lujosas residencias y restaurantes de renombre, como el del afamado chef Sergi Arola.
Torre de Cristal de Madrid (249 metros) César Pelli, reconocido por sus impresionantes proyectos arquitectónicos como las Torres Petronas de Kuala Lumpur (con 452 metros de altura), fue el genio detrás de este rascacielos que lleva su nombre y se distingue por una fachada de vidrio tallado espectacular. Con sus 249 metros de altura, se erige como el edificio más alto de España y uno de los más altos de Europa desde su inauguración en 2009, como parte del complejo de las Cuatro Torres de Madrid.
Lo que poca gente sabe es que en su cúspide, este edificio alberga un jardín vidriado cubierto de plantas, y que su fachada cuenta con un área de 44.000 m² de cristal, equivalente a seis campos de fútbol. Por cierto, aunque apenas por un margen de un metro, este edificio ostenta el título de ser el más alto de España; justo al lado, la Torre Cepsa alcanza los 248 metros de altura.
Torre Iberdrola Bilbao (165 metros) Diseñada por el renombrado arquitecto César Pelli y engalanada con una fachada de vidrio, la Torre Iberdrola se ha erigido como uno de los íconos del moderno Bilbao, compartiendo protagonismo con el Museo Guggenheim (de hecho, se sitúa en la zona de Abandoibarra, muy cerca de este último). Con una impresionante altura de 165 metros, en su interior alberga la sede nacional de Iberdrola, así como oficinas del banco Kutxabank. Además, ha obtenido múltiples certificaciones medioambientales gracias a medidas como la contratación de todo su consumo energético a través de Energía Verde.
Edificio Intempo de Valencia (202 metros) El edificio Intempo no solo ostenta el título de ser el más alto de la Comunidad Valenciana, sino que con sus 202 metros y 47 plantas, se erige como el rascacielos más alto de Benidorm, la ciudad europea con la mayor densidad de rascacielos por metro cuadrado. Además, se considera el segundo edificio residencial más alto de Europa. Sin embargo, su historia ha estado marcada por una serie de contratiempos. Aunque su construcción comenzó en 2004, no se completó hasta julio de 2021 debido a problemas entre las constructoras. Durante muchos años, el edificio Intempo fue emblemático de la voraz especulación inmobiliaria que caracterizó a las zonas costeras de España.