El municipio de Fasnia ha sido el primero en Tenerife en adoptar medidas para restringir el consumo de agua debido a la grave sequía que sufre la Isla. Un bando firmado por el alcalde, Luis Javier González Delgado, prohíbe el uso del agua potable para riego; el llenado de piscinas, charcas, depósitos o tanques; la limpieza de fachadas; el lavado de vehículos (con excepción de gasolineras), y el uso de duchas en las playas del municipio.
Además, el Ayuntamiento ha decretado la prohibición de nuevas altas de contadores de agua de la balsa Bonifacio Manuel Díaz Díaz, de propiedad municipal, que abrirá el suministro de agua de riego o para regadío tan solo una vez a la semana: los viernes, desde las siete de la mañana hasta las cuatro de la tarde. “Son medidas que adopta el grupo de gobierno desde la responsabilidad, no es un asunto que tenga que ver con una buena o mala gestión, sino con el agravamiento de una situación meteorológica anómala”, manifestó ayer a DIARIO DE AVISOS el alcalde, quien destacó el alto nivel de “concienciación y responsabilidad” de los vecinos, a los que no les coge de sorpresa estas limitaciones para garantizar el consumo humano. El regidor recordó que el pasado verano, el abastecimiento de la balsa ya se limitó de jueves a domingo, y, a consecuencia del grave incendio forestal que afectó a una docena de municipios, se redujo a los viernes y sábados.
Desde el Ayuntamiento se recuerda que, al igual que ocurre en otros municipios de la Isla, la escasez de recursos hídricos se ha visto acentuada debido a la adversa situación climatológica que sufre el Archipiélago desde hace años, agravada, además, por un otoño e invierno más secos de lo habitual, lo que conlleva -recuerda el Consistorio fasniero- un mayor consumo de agua, tanto potable como riego, por parte de la ciudadanía y una menor posibilidad de acopio.
EXTREMAR LAS MEDIDAS
Ante esta situación, el Ayuntamiento hace un llamamiento a los vecinos para que extremen las medidas de ahorro con el objetivo de “lograr un consumo más responsable y eficiente, y, sobre todo, garantizar el suministro de agua destinada al consumo humano”. También se recuerda en el bando firmado por el alcalde, que, tras la reciente reunión mantenida por el Cabildo de Tenerife y los representantes del sector agrario, se declarará la “emergencia hídrica por sequía extrema” en la Isla, que vivirá su periodo más crítico el próximo verano, si no lo remedia antes un tren de borrascas que, en principio, no parece probable a solo tres semanas de que concluya el invierno astronómico.
Hay que recordar que, según los datos aportados la semana pasada por el Cabildo, actualmente las balsas se encuentran en un estado preocupante, con tan solo un 39% de agua almacenada, cuando en esta época del año lo normal es que supere el 70%. La moción para la declaración de la emergencia hídrica del Cabildo está sustentada en información técnica que destaca las consecuencias de las anomalías térmicas cálidas y el déficit de precipitaciones de los últimos años. Recoge, asimismo, las conclusiones de un informe de Balten sobre la situación actual, que indica una “sequía extrema y de larga duración en las medianías de la isla de Tenerife”.
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