La costa sureste de Tenerife recuperó ayer la normalidad después del temporal de mar que obligó al desalojo de casi 150 personas y que causó destrozos en varias viviendas, paseos, aceras y algunas calles el miércoles pasado en las horas de la pleamar, tanto de madrugada como por la tarde.
Los mayores desperfectos se produjeron en Arico, Güímar y Candelaria, donde ayer, con el mar algo más calmado, se apreciaban los daños causados por olas de hasta cuatro metros de altura, dejando imágenes inéditas, como la del mar llegando hasta la Fuente de los Peregrinos, en la entrada a la basílica de Candelaria. “Yo no recuerdo nada igual”, repetían los vecinos.
El Cabildo confirmó ayer que, tanto en Güímar como en Candelaria, los vecinos pudieron acceder a sus viviendas, muchas de ellas segundas residencias. Según la información facilitada por la institución insular, un total de 70 viviendas fueron evacuadas preventivamente en la costa güimarera, mientras que, en el caso de Candelaria, el número de casas desalojadas fue de cinco.
En Arico, se evacuaron 60 casas de la primera línea costera y hasta ayer por la tarde no habían podido retornar a sus hogares los propietarios o residentes en 14 viviendas de La Mareta y cinco de Las Arenas, a la espera del análisis de los responsables técnicos. El Cabildo informó de que las personas afectadas fueron reubicadas con familiares en otras casas y se le buscaba realojo a un vecino de Las Arenas.
Fuentes municipales señalaron que las olas llegaron a entrar en más de una decena de casas en La Mareta, causando destrozos en puertas, ventanas, muebles y electrodomésticos. En el caso de Güímar, el mar de fondo ocasionó daños en las terrazas de, al menos, dos casas (a la espera de la evaluación técnica), aunque el zarpazo del oleaje también se apreciaba ayer en paseos, aceras y alguna calle.
En Candelaria, las playas se abrieron progresivamente, excepto La Viuda, al entender el ayuntamiento que los desperfectos ocasionados en los accesos a la zona de baño suponen un riesgo para los usuarios. Lo mismo ocurre en el extremo de la playa de Punta Larga (en la parte más próxima a la vieja edificación del hotel Tenerife Tour) y en un tramo de la playa de Los Guanches, concretamente entre uno de los accesos situados en la mitad de la calle La Arena hasta la plaza de la Patrona de Canarias. También quedó reabierto el parking municipal frente al ayuntamiento, si bien el consistorio mantiene cerrado el paseo de San Blas al tránsito de personas y vehículos.
Aunque la Dirección General de Emergencias del Gobierno de Canarias dio ayer por finalizada la alerta por riesgo de inundación costera y por viento, desde el Cabildo se recuerda que, ante una situación de fuerte oleaje y riesgo de inundación, se debe evitar situarse en el extremo de muelles o espigones y se advierte de que, en ningún caso, hay que arriesgarse a tomar fotografías o vídeos en la línea de costa donde rompen las olas.
Tampoco, subraya el Cabildo, se debe circular por carreteras cercanas a la línea de playa durante las pleamares ni realizar actividades deportivas y lúdicas en zonas próximas a la costa.