la laguna

Así es la nueva vida de la Casa Anchieta

Las obras finalizadas hace unos meses han supuesto una rehabilitación integral del inmueble con el objetivo de recuperar y preservar su pasado, historia y singularidades

Desde el siglo XVI, la Casa Anchieta, hogar de los primeros años del santo humanista San José de Anchieta (1534-1597) y ubicada en pleno casco de La Laguna, ha ido creciendo, cambiando de usos y sufriendo numerosas intervenciones. Tras varios años en desuso, el Ayuntamiento lagunero inició en 2021 una rehabilitación integral del inmueble declarado BIC, cuyas obras finalizaron hace unos meses, con el objetivo de recuperar su pasado, historia y singularidades para preservarlos y difundirlos. Además de adaptar la casa a las actuales normativas de accesibilidad y protección contra incendios, y que se convertirá en el Centro de Interpretación del santo lagunero, que vivió aquí entre los 2 y 14 años, antes de partir a Portugal y posteriormente a Brasil.


“Hemos intentado recuperar la tipología original de la casa, y para ello hemos hecho un importante estudio histórico con Miguel Machado, historiador colaborador, y hemos encontrado pistas y datos de cómo era y hemos intentado ser fieles a eso, recuperar la esencia de la casa, que es una casa patio y nuestra idea era potenciar el patio y la apertura de la casa a él”, explica al respecto Alejandro Beautell, arquitecto redactor del proyecto y director de la obra.


Para ello, una de las principales intervenciones fue recuperar la apertura de las galerías al patio, que se habían cerrado y colocado diversas ventanas “que hacían la casa más oscura y menos conectada al patio”, indica. La idea original del proyecto contemplaba cubrir el techo del patio, para proteger del frío lagunero, pero al no permitirse, según criterio de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico, al final se pusieron cristales fijos en las galerías.


En el patio, con pavimento de piedra basáltica molinera canaria, también se eliminaron vigas que se colocaron en una intervención anterior y que no eran necesarias. “Hemos encontrado una foto del siglo XIX donde se ve que la galería era abierta y sin pilares y hemos tratado de recuperar eso, simplificado para que se vea que es una actuación contemporánea. Ahora el patio parece más grande porque no está lleno de pilares”, explica el arquitecto.


Al entrar a la casa lo primero que uno se encuentra es el zaguán, que se ha hecho accesible rebajando el escalón de la entrada y donde se ha colocado el pavimento hidráulico recuperado de 1905, cuando se renovó la fachada, transformándola a un estilo neoclásico, con planos del arquitecto Mariano Estanga.


En la primera sala de la izquierda destaca sobre una pared una antigua puerta de madera, de la época en la que el santo lagunero vivió allí, descubierta bajo la escalera, que han bautizado como la Puerta de Anchieta y ubicado en el punto donde se encontraba la originaria puerta de acceso al patio en la época. “La tapiaron porque cuando cambiaron la fachada la quisieron hacer simétrica y cambiar el zaguán a una posición central, y la recuperamos y colocamos aquí porque como el inmueble tiene vocación museográfica para contarle a la gente que por aquí se accedía”, señala Alejandro Beautell.


La casa cuenta con muchas de estas huellas testimoniales del origen del edificio y de sus transformaciones a lo largo de la historia “para que un ojo experto las pueda también interpretar o se expliquen” a los futuros visitantes, apunta.


Respecto a cuántos elementos de la edificación original han logrado sobrevivir hasta hoy en día, el arquitecto señala que en cuanto a carpinterías interiores y techos solo queda “como un 25% de madera tea de calidad de la época”. Uno de estos elementos que ha permanecido es el segundo tramo de la escalera principal que lleva desde el patio a la planta superior. “Los cronistas dicen que la escalera original era de piedra, yo creo que el primer tramo era de piedra y el segundo era de madera”, señala, que es lo que ha sobrevivido, aunque en la época original la escalera estaba colocada en otra ubicación. “El primer tramo ya había desaparecido, y para mantener la tradición de las casas canarias, hemos colocado el primer peldaño de las escaleras de piedra, que se ponía para proteger la madera de la humedad”, apunta.


Otra de esas huellas testimoniales se puede observar en uno de los pilares de tea, barroco, original de la época, que permanece en el patio, donde “hemos tenido que poner nuevos pilares y los hemos puesto simplificados porque tratamos de que se note de que periodo es cada intervención y que se vea la distinción entre los elementos históricos y los nuevos”.
Asimismo, solo una de las salas conserva la única cubierta de tea antigua mudéjar que se mantiene; y en otra de ellas, que albergó las cuadras, se dejaron las paredes con la textura “como más bruta y las huellas de que ahí hubo una división para leer lo que fue cada estancia”, señala.


Respecto a cuál era el estado de la casa cuando comenzaron la intervención, Alejandro Beautell señala que estaba “en mal estado” y tenía “diversas patologías”. “No solamente tenía humedades por todos lados, sino que también tenía patologías de orden estructural, se había ejecutado mal la cubierta de la primera crujía del cuerpo principal y unos elementos que se llaman tirantes, de madera, que hacen que las fachadas no se abran, habían fallado y se estaba abriendo la fachada, entonces había grietas por varios sitios de la casa. Lo primero que hicimos fue apuntalar y estabilizar para que la casa no siguiera abriéndose”, explica. Esta intervención, de hecho, fue la primera que se realizó, en 2016.


En la casa se ha respetado su antigua estructura y, en cuanto a las salas, el arquitecto indica que “cuando hicimos el proyecto aún no estaba el museográfico, por lo tanto hicimos espacios con toda la instalación por arriba y focos que puedas mover y que tenga la mayor flexibilidad” para el uso que se le quisiera dar.


Además, cumpliendo con la ley de accesibilidad, se han instalado varios servicios adaptados y un ascensor en el fondo de la crujía que da frente a la calle Quinteras, dando acceso a los tres niveles que hay en esa parte del inmueble, ya que esa zona cuenta con un semisótano que también se ha rehabilitado. También hubo que nivelar los suelos de las salas, ya que “con las últimas intervenciones cada cuarto tenía una altura distinta y eso complicaba la accesibilidad”.


La redacción del proyecto se realizó en 2016 y las obras, con un presupuesto de 800.000 euros, se ejecutaron por la empresa Víctor Rodríguez Construcciones, siendo el aparejador Eloy Fernández del Castillo, arquitecto técnico. Los trabajos se iniciaron en enero de 2021 y el Ayuntamiento recepcionó la casa, tras la finalización de las obras, en enero de este año.
A mitad de los trabajos se tuvo que parar para realizar un modificado del proyecto para hacer algunos ajustes que habían ido surgiendo durante las obras, y que debía de tener el visto bueno del Cabildo, que consideró que todo el exterior de la casa debía de pintarse del color que luce en la actualidad.

Centro de Interpretación


La casa ha acogido durante esta semana, por primera vez, la celebración de las II Jornadas Anchietanas, que han profundizado en la figura del Padre Anchieta, el monumento erigido en su honor en el municipio y la rehabilitación de la que fuera su residencia de infancia y juventud, en este caso impartida por el propio Alejandro Beautell.


Tras la rehabilitación de la casa, ahora el siguiente paso será su musealización para convertirla en el Centro de Interpretación de la figura del santo lagunero.


Cabe recordar que el pleno municipal ratificó por unanimidad, el pasado abril, este uso, siendo el recién constituido Consejo Municipal de Patrimonio Cultural el encargado de fijar los plazos para debatir la adaptación del proyecto preexistente a las últimas propuestas expositivas y tecnológicas, así como garantizar su viabilidad económica y de gestión, fijando la inversión necesaria para su puesta en marcha.


El pleno también se comprometió a buscar todas las vías de financiación posibles para complementar la inversión municipal y garantizar los objetivos de divulgación del centro.

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