Si hay un día señalado en el calendario festivo de La Orotava es el de la Infraoctava del Corpus Christi o ‘jueves de las alfombras’, como les gusta llamarlo a los villeros y villeras. Un día -y ayer no fue la excepción- en el que el municipio norteño recibe la visita de miles de personas que no quieren perderse una de las mayores exaltaciones de arte efímero que inunda las calles del casco histórico.
La jornada comenzó temprano, con el repique de las campanas y la misa de las siete y media de la mañana a la que asisten los alfombristas, y estuvo marcada por el olor a brezo tostado y flores, los materiales que se utilizan para confeccionar los tapices y corridos que engalanan el trayecto por el que discurre la procesión del Santísimo antes de llegar a la Plaza del Ayuntamiento.
Este año los alfombristas no tuvieron inconvenientes para conseguir los colores deseados para sus obras de arte efímero, a excepción de unos pocos casos que lidiaron con el verde y el rojo, porque la asociación que los agrupa compró flores.
Quizás por ello, estaban más relajados y comenzaron a elaborar sus trabajos más tarde que en otras ocasiones pero con el mismo ímpetu y las mismas ganas.
Uniformada con el polo que la identificaba como asociación, familia o grupo, cada persona se concentraba en una labor que exige paciencia y precisión pero que a cambio devuelve muchas risas y anécdotas que ayer se intercalaron con decenas de barraquitos, cervezas y rosquetes durante toda la mañana. Algunos seguían estrictamente el boceto que habían colgado para que los visitantes pudieran comprobar el resultado final. Otros, simplemente, lo tenían en sus manos y daban las indicaciones oportunas al resto de compañeros.
Cajas o bolsas de papel madera con pétalos de colores, pasaban de mano en mano para rellenar el dibujo. Hubo para todos los gustos, figuras geométricas, flores, alusiones a la tecnología y a la migración.
Grandes y chicos, mujeres y hombres. No hay distinción de sexo ni edad para compartir una tradición que lleva más de un siglo y medio y que precedió a los altares efímeros, lugares de descanso donde reposaba la procesión antes de llegar a la Plaza del Ayuntamiento y que este año, por primera vez, desde hace cuatro siglos, se ha recuperado.
Fue hace unos años cuando el historiador Lorenzo Santana Rodríguez encontró en los archivos provinciales unas actas notariales del año 1624 con un dibujo “que con toda seguridad es un altar de descanso para el Corpus Christi. Eso se publicó, se difundió, y se empezó a generar un poco de conciencia por parte del Museo Sacro de La Concepción para hacer constar e informar a la gente que antes de las alfombras en La Orotava existía una tradición diferente, que era la de los altares efímeros”, explicó la educadora y mediadora cultural de esta institución, Natalia Álvarez Hernández.
Con el tiempo se profundizó un poco más, Lorenzo Santana les prestó su colaboración y en 2023 el Museo de Arte Sacro de La Concepción levantó el primer altar efímero. Sin embargo, en esta ocasión el número se ha incrementado en cuatro ya que ha conseguido implicar a las otras tres parroquias del casco de La Orotava: Santo Domingo de Guzmán, San Juan Bautista y San Isidro Labrador.
A esta última parroquia pertenece Daniel Benítez Gómez, quien forma parte de la Junta Directiva de la Hermandad del Calvario y que ayer no dudaba en explicar su significado ante los transeúntes que se detenían sorprendidos ante la base, cuidadosamente decorada con flores, panes, frutas, las figuras de los santos patronos, San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza y elementos religiosos. “Cada símbolo está estudiado, no se ofrece porque sí”, matizó.
Este año, se cumplen 400 años, cuatro siglos de una tradición que se ha recuperado para las fiestas con cuatro altares que, al igual que las alfombras y corridos de flores y el Magno Tapiz de la Plaza del Ayuntamiento son efímeros y desaparecieron tras el paso de la procesión.
Las andas del Santísimo llegan en procesión a la Plaza del Ayuntamiento y atraviesan el Magno Tapiz para ser bendecidas
Después de la eucaristía celebrada en la parroquia de La Concepción, las andas del Santísimo salieron en procesión por el recorrido alfombrado, previa parada por la Casa Monteverde, donde se elaboró la primera alfombra, hasta llegar, pasadas las 21.00 horas, a la Plaza del Consistorio para ser bendecido. La comitiva estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, y acompañado por Monseñor Bernardito Cleopas Auza, diplomático de la Santa Sede, autoridades civiles, religiosas y militares