El jamón York es uno de los productos indispensables en la lista de la compra de una mayoría de personas de España. Lo comemos tanto en el desayuno sobre una tostada, por ejemplo, como en la merienda dentro de un bocadillo, o a cualquier hora como parte indispensable de un sándwich mixto. Es un alimento de esos que en casa todos llamamos “socorrido” y del que siempre hay que tener algo en la nevera por si no se nos ocurre qué comer.
Sin embargo, si bien es una solución cómoda no tiene por qué ser la mejor o más saludable y si no lo eliges bien puede representar un importante riesgo para tu salud.
¿Qué es el jamón York?
Aunque ampliamente conocido y consumido, el jamón York no está oficialmente reconocido en la legislación española. Este término surgió como un reclamo publicitario a finales del siglo XIX por un carnicero de la ciudad de York, en Inglaterra. Lo que comúnmente encontramos en los supermercados se debería llamar fiambre o jamón cocido.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este grupo de alimentos (fiambre) está formado por todo de tipo de carne roja —de las cuales, la de cerdo y la ternera son las opciones más frecuentes—, algunas carnes blancas, vísceras y otros elementos como la sangre de los animales, que han sido saladas, curadas, fermentadas, ahumadas o, en general, procesadas para mejorar su sabor o su preservación.
En definitiva, el jamón cocido es una carne procesada. Es decir, que pertenece al mismo grupo de alimentos que, por ejemplo, las salchichas y las morcillas.
Diferentes tipos de jamón cocido
Es crucial entender las diferencias entre las categorías de jamón cocido para elegir el más saludable:
¿Es saludable el jamón York?
La fama de saludable del jamón York proviene de su bajo contenido calórico, con aproximadamente 100 kcal por cada 100 gramos. A pesar de su bajo contenido calórico, lo que realmente importa es el origen y la calidad de las calorías, no solo su cantidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre los riesgos de consumir carnes procesadas, como el jamón cocido, por asociarse con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Por cada 50 gramos de carne procesada consumida al día, el riesgo aumenta en un 18%, según un estudio publicado en The Lancet Oncology.
En términos de valor nutricional, por cada 100 gramos, el jamón cocido contiene:
Ojo con tomarlo así
Si en casa tocas una rebanada de jamón y notas que está babosa puede que hayas pensado en lavarlo con un poco de agua y meterlo en tu sándwich, pero ¿tienes la seguridad de que esto es seguro?
Según el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), esta baba se debe a las bacterias ácido lácticas que crecen por el contenido de carbohidratos que contienen estos alimentos expuestos a un alto grado de humedad.
Estas bacterias no son dañinas en bajas concentraciones, aunque dejan un olor y un sabor ácidos. De todos modos, si te encuentras el jamón así la mejor opción es desecharlo. Es más probable que no te siente bien porque no tendrás forma de saber si han crecido otros tipos de bacterias en el jamón y estas otras sí que podrían ser dañinas.
Como elegir un buen jamón cocido
Si eres de los que no quieres renunciar al jamón cocido aquí tienes algunos consejos para que elijas el más saludable:
Alternativas Saludables
Si necesitas opciones para variar tus bocadillos también tienes algunas otras propuestas más saludables: