Las aguas mal depuradas o los vertidos ilegales siguen siendo una asignatura pendiente en Canarias, especialmente en Tenerife, donde, año tras año y legislatura tras legislatura, las aguas residuales inundan los principales núcleos costeros, cuya población se ha incrementado de forma notable. Una problemática que este año se ha hecho más tangible que nunca, poniendo en jaque a uno de los destinos turísticos más afamados de la Isla.
El Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, de acuerdo con el informe realizado desde la Dirección General de Salud Pública, decretó el pasado 3 de julio el cierre al baño en todo el litoral de Playa Jardín por contaminación con aguas residuales. En concreto, se detectó la bacteria Escherichia coli, conocida popularmente como E. coli, que supone un riesgo para la salud de la población con posibles cuadros gastrointestinales, infecciones respiratorias agudas o de oídos, ojos, fosas nasales y piel.
Desde el Consistorio portuense confirman a DIARIO DE AVISOS que “el cierre será indefinido” mientras la evolución de las aguas sea desfavorable, pudiendo prolongarse incluso durante todo el verano. De hecho, puntualizan que la prohibición a los bañistas no se estableció a raíz de un simple resultado, sino por una tendencia perjudicial en los niveles que fue aumentando.
Ahora, trabajan junto a las autoridades competentes para esclarecer qué ha ocasionado esta contaminación: “Creemos que ha habido una relación de factores con la rotura de un emisario y una depuradora comarcal fuera de su capacidad, que también gestiona las aguas de los municipios de Los Realejos y La Orotava”. En el resto del litoral, se siguen llevan a cabo análisis rutinarios sobre la calidad del agua. “En San Telmo el nivel es bueno y no se registran incidencias desde hace dos años”, puntualizan fuentes municipales.
De momento, se desconocen casos de infecciones en la población debido a este episodio ocurrido en Playa Jardín, o, al menos, el Ayuntamiento tinerfeño no ha recibido ningún tipo de noticia. A lo que sí afectan directamente las aguas residuales es a los ecosistemas marinos, provocando una disminución de algas y sebadales. Así lo afirma con rotundidad el productor de documentales marinos, Felipe Ravina, quien también incide en el consumo indirecto de aguas contaminadas por parte de los humanos mediante la ingesta de peces capturados en el entorno.
Ravina advierte del peligro de continuar vertiendo aguas fecales directamente al mar en Canarias, pero insiste en que “lo más grave es que los responsables tardaron dos semanas en cerrar la playa desde que obtuvieron los resultados”. El entrevistado alude a una información publicada por el diario Atlántico Hoy, que reveló que las dilaciones burocráticas entre el Puerto de la Cruz y Salud Pública del Gobierno de Canarias dilató la decisión de clausurar la costa 13 días. “Habrá que buscar a los culpables de haber puesto en riesgo la salud de los bañistas durante ese periodo”, agrega.
El documentalista, conocido, entre otros trabajos, por su cinta Salvar Tenerife, declara que “en los últimos años se han autorizado emisarios que incumplían diferentes normativas y que, incluso, afectaban directamente a especies protegidas, como la seba -planta marina típica de canarias – o la tortuga verde”. Por lo que lamenta que cualquier punto del litoral isleño donde exista un emisario es susceptible de sufrir un episodio similar al ocurrido en Playa Jardín. “Es una locura porque en Tenerife hay más de 200 puntos de vertidos al mar y, aunque se está trabajando para solucionar este grave problema, quedan años para que comencemos a ver resultados”.
Al ser preguntado por otra posible manifestación, como la vivida el pasado 20 de abril, que pedía un cambio en el modelo turístico del Archipiélago, Ravina asegura que se ha decidido movilizar a los canarios después del verano para otra gran protesta, pero, esta vez, en zonas turísticas. “Próximamente, se anunciará la fecha”, concluye.
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