El café, una bebida que se disfruta a cualquier hora y en diversas presentaciones, es casi omnipresente en la vida cotidiana. Desde un café con leche por la mañana hasta un descafeinado después de la cena, son pocas las personas que no lo consumen al menos ocasionalmente. Sin embargo, aunque esta infusión ofrece numerosos beneficios, un nuevo estudio sugiere que sus efectos podrían no ser tan positivos para las personas mayores.
Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo moderado de café, alrededor de 400 miligramos diarios (equivalente a unas tres tazas), puede aportar compuestos antioxidantes y bioactivos que reducen el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, y que protegen contra enfermedades neurológicas como el Parkinson.
Además, su efecto estimulante es conocido por mejorar la concentración y mantenernos alertas. En un contexto de vida saludable, con una dieta equilibrada y ejercicio físico, el café no debería presentar mayores problemas.
No obstante, la cafeína presente en el café también puede ocasionar efectos adversos. Entre ellos, se incluyen el insomnio, la irritabilidad, el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como malestares digestivos como náuseas o diarrea, según advierte la Fundación Española del Corazón. Además, abandonar de repente su consumo puede generar síntomas de abstinencia como somnolencia, dolor de cabeza y dificultad para concentrarse, tal como señala MedlinePlus. Un aspecto crítico a considerar es cómo la edad puede modificar la manera en que nuestro cuerpo responde al café.
Efectos del café en mayores de 60 años
Una investigación reciente publicada en el medio finlandés ‘Helsingin Sanomat’ ha destacado algunos de los efectos negativos del café específicamente en personas mayores de 60 años. El estudio, que analizó a 8.451 adultos mayores utilizando datos del biobanco de Reino Unido, encontró que consumir más de tres tazas diarias de café podría estar asociado con un deterioro más rápido de las capacidades cognitivas.
El estudio mostró que los adultos mayores que no consumían café experimentaban un 8,83% menos de disminución en sus capacidades mentales en comparación con aquellos que sí lo hacían. Es importante notar que el 60% de las muestras en este estudio correspondían a mujeres, y que no se tuvo en cuenta la cantidad de café consumido durante la juventud ni el tipo de café, lo que sugiere la necesidad de realizar investigaciones adicionales para confirmar estos hallazgos.