No es por capricho, precisamente, que al CD Tenerife, un club deportivo tan arraigado en esta sociedad que su fundación se remonta a un siglo atrás, sea conocido también en la Isla como el “representativo”. No en balde, ha paseado allende los mares durante tanto tiempo su nombre y ha servido como elemento clave para difundir geográficamente entre millones y millones de aficionados al fútbol esta Isla atlántica y el Archipiélago al que pertenece.
Porque en Tenerife, felizmente, se han alumbrado igualmente otras formidables glorias deportivas, y ahí está el CB Canarias (hoy La Laguna Tenerife) como ejemplo más notable, pero es tal la pujanza internacional de un deporte como el balompié que cualquiera comprende que, guste o no, el Tete es clave para vender la imagen de la Isla.
Por eso, el gobierno de Tenerife, como es el Cabildo insular, no solo lo ampara nada menos que cediéndole de forma harto preferente el uso y disfrute de una instalación de su propiedad, como es el estadio Heliodoro Rodríguez López, sino que, además, figura entre sus principales patrocinadores a través de su consejería de Turismo. Es una cuestión que trasciende las siglas políticas, porque igual que la presidenta insular, Rosa Dávila (CC), se vuelca con el CD Tenerife, el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez (PSOE), hace lo propio con el CB Canarias, y no precisamente por capricho, sino porque así lo avalan sus técnicos.
Viene todo a cuento porque el continuo escándalo que rodea al representativo en relación con la gestión del actual máximo accionista, José Miguel Garrido, adquiere ahora una proyección internacional nada deseable tras la querella presentada ayer por un fondo de inversión británico por presunta estafa y falsedad en documento público, a cuenta de la adquisición por tal fondo de nada menos que el 10% de la propiedad accionarial del CD Tenerife, una operación que Garrido ocultó a la afición, al resto de accionistas y a las instituciones públicas, hasta que una exclusiva de DIARIO DE AVISOS la hizo pública.
Para colmo -aunque ciertamente, poco entiende de patrias el capital-, el fondo es del Reino Unido, justo donde el fútbol profesional encuentra su máxima repercusión a escala planetaria y, lo que es peor, se trata del principal cliente turístico de Tenerife. De lo trascendental del mercado británico para el mayor generador de riqueza en esta Isla da cuenta que, cuatro de cada diez turistas que visitan Tenerife al año, son británicos.
Y el Reino Unido también es famoso por las millonarias ventas de sus tabloides sensacionalistas.