El calentamiento global, una de las mayores amenazas actuales, sigue afectando severamente a todo el planeta. No obstante, es Europa quien se enfrenta a las consecuencias más importantes de esta crisis climática.
La NASA, con su vasto compendio de datos climáticos y simulaciones, prevé un futuro difícil para España, donde se anticipan temperaturas más elevadas, sequías más intensas y un incremento en el riesgo de inundaciones.
Según las proyecciones de la NASA, para el año 2050 las regiones situadas en la mitad sur de España y las islas, como Canarias, experimentarán un marcado incremento en el estrés térmico.
Las simulaciones apuntan a veranos con una temperatura media de 35 grados y una reducción del 10% en las lluvias, lo que agravará la escasez de agua. Esta perspectiva ya había sido adelantada por organismos como la ONU y Greenpeace hace unos años.
Los fenómenos como el calor extremo, la sequía, los incendios forestales y las inundaciones se convertirán en constantes en nuestro futuro cercano, una realidad cada vez más preocupante.
Estas previsiones están recogidas en el informe “El futuro que no queremos“, una colaboración en la que participan, entre otros, C40 Cities, una red que agrupa a casi 100 alcaldes de las principales ciudades del mundo.
El estudio identifica seis grandes amenazas que enfrentarán las ciudades en los próximos 25 años. El mapa global que acompaña al informe destaca las áreas con mayor riesgo de calor extremo para la década de 2050, señalando a Madrid, la Comunidad Valenciana y Andalucía entre las más afectadas.
Además de estas zonas, el análisis también incluye regiones del este de China, el sur, oeste y norte de África, América del Norte y algunas partes de América del Sur.
En España, la problemática de la sequía afectará no solo al sur, sino también a zonas tradicionalmente menos vulnerables, como el norte peninsular, Canarias y Baleares.
El informe advierte que incluso en áreas con mayores niveles de precipitaciones, la escasez de agua se hará evidente a corto plazo debido a la imprevisibilidad de las lluvias y el aumento de la escorrentía provocado por episodios de lluvias más intensas.
En cuanto al aumento del nivel del mar y el riesgo de inundaciones, el litoral español, incluyendo las Islas Canarias, también se encuentra en el punto de mira. Las costas atlánticas, cantábricas y mediterráneas se identifican como zonas vulnerables a estos fenómenos.