la orotava

Una nueva vida para los libros en la feria de Pinolere

El artesano José Manuel Esquivel rescata ejemplares de rastros y mercadillos o que están en desuso y los transforma en piezas únicas que expone hasta hoy en la feria de Pinolere
José Manuel Esquivel junto a su hija Leila que le ha ayudado a atender el stand que tiene en la Feria de Artesanía de Pinolere, que finaliza hoy. Sergio Méndez
José Manuel Esquivel junto a su hija Leila que le ha ayudado a atender el stand que tiene en la Feria de Artesanía de Pinolere, que finaliza hoy. Sergio Méndez

Un libro transformado en cafetera, en un muñeco de nieve, un teléfono antiguo, en una mariquita gigante o un carrusel. También otros se han convertido en belenes, un árbol de Navidad lleno de luces de colores, la carpa de un circo o un viejo chorro de agua…

Rescatar los libros, transformarlos por completo y darles una nueva vida en una sociedad donde impera la cultura del usar y tirar y donde los objetos tienen una vida útil muy corta es un trabajo que, para José Manuel Esquivel, “vale la pena”. Es parte, además, de su filosofía de vida y la del colectivo cultural La Escalera, al que pertenece desde hace años y que tiene entre sus objetivos contribuir a la conservación de la naturaleza y promover el acercamiento a la recuperación del equilibrio ecológico.

Justamente por ello y por su apuesta con conservar y transmitir las tradiciones canarias, este año recibió el Premio Artesanía y Patrimonio Villa de La Orotava, que otorga el ayuntamiento desde hace 21 años.

José Manuel Esquivel eligió los libros como material principal para elaborar sus piezas de artesanía, ejemplares escritos en otros idiomas diferentes al español        que transforma por completo en muñecos de nieve, carruseles, carpas de circo, grandes insectos o cuadros con rostros de personas famosas, con el objetivo de reciclarlos y darles una nueva vida.
Los libros alterados son una tendencia dentro del mundo del arte y la artesanía. Sergio Méndez.

Este artesano de La Orotava que participa hasta hoy en la feria de Pinolere trabajaba como administrativo en una empresa y gran parte de su vida transcurrió entre papeles, un material que se desecha permanentemente pero que él decidió aprovecharlo y otorgarle un nuevo uso desde que hizo su primer árbol de Navidad. Desde entonces, no paró.

José Manuel o simplemente Esquivel, como lo conocen sus allegados, compra libros en rastros y mercadillos y casi siempre los elige en otros idiomas, diferentes al español. Quizás para no “tentarse”, porque los que les gusta leer o tiene pendiente de hacerlo los guarda en la biblioteca de su casa.

Su imaginación hace el resto. Crea figuras, las diseña en su cabeza y, después, intenta plasmarlas utilizando las páginas, plegándolas minuciosamente, cortándolas, pintándolas de diferentes colores y añadiendo otros materiales y pequeños accesorios que sirven de complemento a la obra. Hay trabajos en los que simplemente juega con la tapa del ejemplar, dándole todo el protagonismo.

José Manuel o simplemente Esquivel, como lo conocen sus allegados, compra libros en rastros y mercadillos. Sergio Méndez
José Manuel o simplemente Esquivel, como lo conocen sus allegados, compra libros en rastros y mercadillos. Sergio Méndez

Cada objeto, cada escenario o cuadro es un libro entero. A algunos trabajos le dedica un par de horas, otros le llevan un día entero porque requieren más tiempo al ser de mayor dificultad. Hay que tener en cuenta que para cortar utiliza el cúter, una herramienta muy delicada para la que se necesita concentración y precisión.

“Depende del ritmo y del cansancio que se tenga porque, al final, el dedo va sufriendo, pero ves el resultado y te compensa”, sostiene.

Muestra una escalera, un trabajo muy minucioso porque hay que recortar “peldaño por peldaño” para poder construirla. Por eso, cuando la gente comenta que una pieza de artesanía “es cara”, él se defiende con los mejores argumentos: sabe el trabajo y las horas que le dedica y, por lo tanto, cuánto vale, aunque nunca es el precio “real”.

A Esquivel nadie le enseñó, no tuvo un maestro con el que aprender, es un autodidacta. Sergio Méndez
A Esquivel nadie le enseñó, no tuvo un maestro con el que aprender, es un autodidacta. Sergio Méndez

En cada obra y cuadro 3D con rostros de personas famosas hay, además, una labor prácticamente imperceptible, que son los cables que permiten que algunas tengan luces.

“Tampoco se ven pegamentos ni uniones de ningún tipo”, recalcaban algunas de las personas que el viernes, día de inauguración de la muestra, se acercaban a su puesto y elogiaban su trabajo.

Los libros alterados son una tendencia dentro del mundo del arte y la artesanía que consiste en aprovechar aquellos que están en desuso, deteriorados o que han quedado obsoletos por su propia temática como el material principal de una nueva obra en la que la palabra pasa a segundo plano. “Lo importante es el libro, reciclarlo”, sostiene. Él lo hace de varias formas: corta, rasga, dobla e incrusta objetos para crear piezas de artesanía únicas en las que el libro es el principal componente.

José Manuel cumple mañana 65 años y se jubila “oficialmente”. Sergio Méndez
José Manuel cumple mañana 65 años y se jubila “oficialmente”. Sergio Méndez

A Esquivel nadie le enseñó, no tuvo un maestro con el que aprender, es un autodidacta. Desde pequeño, le gustaron las manualidades. Para él, “son una terapia de relajación, preferible a tomar pastillas, porque empiezas y te olvidas de todo, hasta de las deudas”, bromea.

Su hija Leila, que estos días lo acompaña y lo ayuda a atender su puesto, se ríe. “Lo relaja tanto que en mi casa ya no caben más”, apunta.

José Manuel cumple mañana 65 años y se jubila “oficialmente”, aunque lleva cuatro prejubilado. “Quiero dedicarme a mi hobby y a vivir, porque estamos aquí cuatro días y quiero disfrutarlo”, subraya.

Homenaje a Tuineje por conservar las tradiciones

En el marco de la feria de Artesanía, el parque etnográfico de Pinolere acogió ayer el acto de homenaje a las tradiciones, en el que fue reconocido el trabajo realizado por el Rancho de ánimas de Tiscamanita, del municipio de Tuineje, Fuerteventura.

Los ranchos con las manifestaciones más antiguas del folclore canario, herederos de las antiguas cofradías de ánimas que existían en casi todos los pueblos del Archipiélago.

Esta formación, que recibió el homenaje en Pinolere, cuenta con 224 años de historia y sale por las calles del municipio cada 7 de diciembre, víspera de la Inmaculada Concepción, con su repertorio musical y el mayordono repite ante cada casa de la vecindad el ritual: “¿Aquí se come o se reza?”

TE PUEDE INTERESAR