La intervención en la playa de Charco del Baño (Arona), anunciada como prioritaria para la seguridad de vecinos y visitantes, desató ayer duras críticas vecinales. La demolición de tres accesos -dos en renovación y uno cerrado- ha generado contaminación y riesgos ambientales.
Para la intervención, los escombros se utilizaron como barricadas para reducir la fuerza del mar, lo que originó la dispersión de restos de hormigón y acero por la playa, siempre según algunos residentes.
Diversos vecinos de la zona critican la gestión del ayuntamiento por permitir esta contaminación en un área declarada lugar de importancia comunitaria (LIC).
Los residentes documentan los daños ocasionados y exigen una limpieza inmediata para proteger el entorno. Según critican, mientras los operarios han comenzado a retirar cascotes grandes, los otros restos siguen aún enterrados en el mar.