Sufriendo y tirando de épica, es decir, al más puro estilo CD Tenerife. Los blanquiazules derrotaron al Albacete en una noche de esas que inyectan optimismo a una afición que se empapó por la lluvia y de la convicción de un equipo que, ahora, sí cree en la salvación.
Salió el CD Tenerife a comerse al Albacete desde el primer minuto, demostrando así la enorme necesidad de victoria que tiene. El saludo a los manchegos consistió en dos disparos consecutivos de Bodiger que avisaron de lo que iba a pasar a continuación.
En el minuto seis, la defensa del ‘Alba’ concedió un saque de esquina que se encargó de ejecutar Luismi Cruz. El ‘11’ envió templadito y, de cabeza y sin oposición, José León cazó la pelota para rematar de cabeza y convertir el 1-0 de la noche fría y lluviosa santacrucera.
Ese fue el inicio del ‘meneo’ que se llevaría el Albacete a continuación. Los blanquiazules vieron que su presa estaba ‘tocada’ y metió la directa. Los de Cervera llegaban con mucha gente y muy sueltos a las posiciones de ataque, mientras que al rival le costaba ajustar las marcas.
Así llegaron varias ocasiones locales consecutivas. Primero, en el 16, David finalizó un ataque con un disparo con rosca que se marchó ligeramente desviado del larguero manchego. Un minuto después, un ‘trallazo’ de Diarra lo desvía a córner Raúl Lizoaín. A continuación fue Bodiger, con la testa, el que también lo intentó, nuevamente sin fortuna.
Parecía que el 2-0 iba a llegar inmediatamente, no obstante fue el Albacete el que estuvo a punto de empatar el encuentro. Los de Alberto González dispusieron de una doble ocasión en la que se hizo gigante Badia para negar el empate.
Durante los siguientes minutos ambos equipos se concedieron un respiro, pero fue el Tenerife el que retomó las hostilidades con otras dos ocasiones: en la primera Diarra tira al lateral de la red, mientras que dos minutos después Gallego remata a quemarropa ante Lizoaín, que se quitó el balón de encima como pudo. Pero la jugada siguió y Luismi disparó a la derecha de la meta adversaria. Con eso acabaría una primera parte en la que el Tenerife dominó, pero también perdonó al Albacete.
La segunda parte arrancó tal y como lo hizo la primera. De nuevo se fue al córner Luismi y, otra vez, puso un ‘caramelito’ al primer palo que remató, en el 48, de cabeza Gallego para lograr el 2-0. Gol que, en teoría, tenía que matar el choque.
No fue así, ya que León le complicó la vida a su equipo cometiendo un penalti absurdo. En una jugada sin peligro, el central le pega una patada a Kofane que el colegiado apreció con claridad. Tiró Morcillo a la derecha y Badia paró, pero el rechace se fue de nuevo a las piernas del lanzador, que sí aprovechó la segunda oportunidad que tuvo. 2-1 y el Tenerife se complicaba la vida solo.
Y más que se enredó cuando se autoexpulsó Waldo. Plantillazo que al colegiado se le escapó, pero no al VAR. El trencilla se fue al monitor y acabó mostrando la roja a Waldo. Además, Gallego fue amonestado con amarilla por protestar. Quedaba mucho tiempo por delante para jugar en inferioridad y el resultado era incierto.
Cervera procedió a reorganizar a su equipo dando entrada a Marlos y a Cantero. Se sentaron en el 66 Diarra y Luismi. Más adelante, en el 83, Maikel y Aitor, apuntalaron la medular.
Esta vez el Tenerife sí supo sufrir y aguantar. Y no solo eso, sino que también amplió el marcador en la recta final. Marlos recuperó, abrió a banda para Cantero, quien sirvió un centro preciso al segundo palo que remata, sin dejarla caer, Maikel Mesa. Delirio en una grada que reventó al grito de ¡Sí se puede!.