La peseta, que acompañó a los españoles durante más de 130 años, no solo es recordada por su utilidad como moneda, sino también por los múltiples nombres que recibió a lo largo de su historia. Entre los más populares estaban “rubia” y “pela”, siendo esta última protagonista de la conocida expresión “la pela es la pela”. Sin embargo, algunas pesetas han trascendido su valor nominal y se han convertido en auténticos tesoros para los coleccionistas, especialmente debido a su antigüedad, escasez y estado de conservación.
La peseta vio la luz el 19 de octubre de 1868, durante el Gobierno Provisional que sucedió al derrocamiento de Isabel II. Desde entonces, cada moneda ha reflejado un fragmento de la historia económica y política de España. Una de las más valiosas es la acuñada en 1869, conocida por sus estrellas 18-69. Estas monedas, fabricadas en plata con una pureza de 835 milésimas y un peso teórico de 5 gramos, presentan dos variantes: una con la inscripción “Gobierno Provisional” en el anverso, emitida antes de la promulgación de la Constitución, y otra posterior que lleva la palabra “España”.
El diseño del anverso incluye una representación alegórica de Hispania recostada sobre los Pirineos, inspirada en monedas romanas del emperador Adriano. En el reverso, las piezas de plata muestran el escudo de España, mientras que las versiones en bronce presentan un león rampante que dio origen a los apodos “perra gorda” y “perra chica”, debido a una confusión popular que veía un perro en lugar del león.
Entre todas las monedas acuñadas, destaca especialmente una peseta con las estrellas 18-69 y la inscripción “España”. Esta pieza alcanzó un precio récord en mayo de 2019 durante una subasta organizada por Tauler & Fau, donde se vendió por 7.501 euros. Otro ejemplar similar fue subastado en febrero de 2022 por 3.500 euros, mientras que otras piezas con características similares han oscilado entre los 1.800 y los 2.000 euros dependiendo de su estado.
Por otro lado, las monedas con la inscripción “Gobierno Provisional” tienen un valor menor en el mercado actual. Por ejemplo, una pieza subastada en junio de 2023 alcanzó solo los 600 euros debido a su menor demanda entre coleccionistas.
El precio de estas monedas depende principalmente de tres factores: su antigüedad, la cantidad limitada que se emitió y su estado de conservación. Las monedas mejor conservadas o sin circular suelen alcanzar precios significativamente más altos en las subastas. Además, llevan las siglas SNM (Donato Álvarez Santullano, Rafael Narváez y Ángel Mendoza Ordóñez), grabadores principales de la Casa de Moneda en esa época.
En resumen, aunque muchas pesetas han perdido su relevancia tras la llegada del euro en 2002, algunas piezas históricas siguen despertando gran interés entre los coleccionistas por su rareza y significado histórico.