Mauro Pérez concluye su vinculación con el CD Tenerife

Mauro Pérez ya pertenece a la historia del CD Tenerife. A la historia negra. Su rostro saldrá, junto al de José Miguel Garrido, Juan Guerrero y Santiago Pozas, en la foto del descenso blanquiazul a Primera RFEF. Aunque su salida del club es un hecho, aún faltan detalles por acordar para que su desvinculación sea total. Hoy, Pérez negociará con el vicepresidente del club, el exjugador Ayoze García, para alcanzar un acuerdo económico beneficioso para ambos.

Hasta el momento, ambas partes mantienen posturas distantes. Mauro Pérez quiere cobrar lo que estipula su contrato hasta junio, cuando expira su vinculación si se consuma el descenso de categoría, como todo indica. Más aún después de haberse bajado el salario recientemente debido a la mala situación financiera que atraviesa la entidad. Por su parte, el Tenerife busca reducir costos y pagar menos por su finiquito. Desde hace meses, el dirigente deportivo tinerfeño estaba cuestionado. No obstante, se le permitió dirigir el pasado mercado de fichajes, concretando las incorporaciones de Fabio González (quien acumula 384 minutos de juego), Jorge Padilla (42 minutos) y Anthony Landázuri, quien debutó el pasado fin de semana frente al Huesca.

Ayoze García pretende resolver esta situación cuanto antes para designar a su sustituto y comenzar a planificar la temporada 2025/26. De hecho, ya se sondea el mercado de directores deportivos sin equipo y se han entablado conversaciones, aunque sin éxito hasta el momento. La llegada de Mauro Pérez a la dirección deportiva del CD Tenerife ocurrió en abril de 2023. Ha estado dos años en el cargo, por lo que esta campaña representaba su tercera temporada trabajando como director deportivo. Antes de asumir en el Tenerife, fue director deportivo del Albacete Balompié y del Lugo en Segunda División. También ejerció como secretario técnico del Getafe CF en la máxima categoría, cuando Ramón Planes dirigía la dirección deportiva del club madrileño, en la temporada 2017/18.

Durante sus dos años en el cargo, Pérez se quejó de su limitada autonomía mientras Garrido y su equipo dirigían la planificación deportiva del club. En la última ventana de fichajes de enero, su principal problema fue el escaso margen económico con el que contó para concretar incorporaciones.