“Arico no puede seguir siendo el vertedero de la isla y la batería de Tenerife”, sintetiza Olivia Delgado, alcaldesa del municipio sureño, para expresar el rechazo del ayuntamiento, manifestado unánimemente en el pleno del mes de marzo, a la instalación de nuevos parques eólicos en esta localidad.
La creación de Zonas de Aceleración de Renovables (ZAR) por parte del Gobierno de Canarias, en colaboración con los cabildos, para agilizar la implantación de energías limpias (eólicas y solares, mayoritariamente) y cumplir con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que exige casi triplicar la penetración actual de renovables en 2030, ha encendido las alarmas en Arico, que se opone frontalmente a que el municipio sea incluido en el mapa de nuevos parques de aerogeneradores y placas fotovoltaicas, argumentando la “ya considerable concentración de infraestructuras de alto impacto”.
“Si sueltas un pájaro en Granadilla, es imposible que llegue a Fasnia, salvo que vuele por la corona forestal o por el mar”, explica gráficamente a este periódico la regidora ariquera, quien lamenta que se “vista de verde un modelo que arrasa nuestro territorio y nuestro hábitat para beneficiar a unos pocos”. En ese sentido, subraya que resulta “insostenible construir más en suelo nuevo, arramblando con miles de metros cuadrados de tabaibal-cardonal y perjudicando paisajes geológicos únicos y zonas clave para las aves”.
TIERRAS AGRÍCOLAS
Olivia Delgado advierte de que también se están liquidando tierras agrícolas productivas y limitando la capacidad de desarrollar un subsector turístico diferenciado vinculado a la naturaleza y a los deportes al aire libre. “Están condenando a Arico a quedarse sin ningún tipo de economía”, enfatiza.
“Arico ofrece la imagen de un polígono industrial de parques eólicos y fotovoltaicos; en eso han convertido a nuestro municipio”, prosigue la alcaldesa socialista, quien lamenta que los proyectos se aprueben bajo la justificación del interés general, “porque se oculta que ha habido una falta de planificación, de ordenación y de hacer estudios de los impactos acumulados, ya que, cuando se instala un parque, no sólo estamos hablando de los aerogeneradores o placas solares, sino de otras infraestructuras asociadas, como pistas de acceso, líneas de evacuación y subestaciones”.
El pasado mes de marzo, el Ayuntamiento de Arico aprobó por unanimidad su oposición a que el municipio albergue Zonas de Aceleración de Renovables debido al elevado número de parques existentes (una veintena, entre eólicos y fotovoltaicos) y exigió una distribución “razonada y equilibrada” de estas instalaciones por la Isla, teniendo en cuenta las necesidades y capacidades de cada territorio.
Además, el consistorio reclamó que, en el proceso de identificación de las ZAR, se garantice la participación “activa y efectiva” de los municipios en la toma de decisiones, respetando sus competencias en la ordenación del territorio.
En la moción, elevada por el PSOE, se lamenta la “planificación inadecuada” y se solicita una evaluación de impacto acumulado de las infraestructuras renovables en los territorios y sobre la protección de los suelos agrícolas y ganaderos, así como la incorporación de medidas compensatorias “claras y justas” para los municipios afectados por la implantación de parques eólicos y fotovoltaicos.
DESTRUCCIÓN
“No puede haber una transición ecológica justa cuando no hay justicia social ni económica ni territorial”, avisa Olivia Delgado. Su municipio presentó un conjunto de alegaciones en el período de información pública (también lo hizo la Federación Canaria de Municipios) a la instauración de las Zonas de Aceleración de Renovables en las que se oponía a su inclusión. “Decimos sí a las energías renovables, pero no bajo un modelo que destruye nuestro entorno, que ignora nuestra voz y sacrifica nuestro bienestar”, subraya la alcaldesa ariquera.