El 10 de junio de 1990 es una de las fechas señaladas en la historia del CD Tenerife. Esa tarde, el conjunto blanquiazul certificó su continuidad en Primera División tras superar al Deportivo de La Coruña en el partido de vuelta de la eliminatoria de promoción. El encuentro, disputado en el estadio de Riazor, finalizó con victoria visitante por 0-1.
El duelo llegaba condicionado por el empate sin goles registrado en la ida, celebrada días antes en el Heliodoro Rodríguez López. El Tenerife afrontaba el compromiso en campo ajeno, ante un estadio repleto con más de 27.000 espectadores que respaldaban al conjunto gallego en su intento por regresar a la máxima categoría tras 17 temporadas de ausencia.
El único tanto del encuentro se produjo en el minuto 13 de la segunda parte. Eduardo Ramos, natural de La Laguna, remató de cabeza un centro enviado desde la banda por Albert Ferrer. El gol permitió al Tenerife asegurar la permanencia en la élite un año después de su ascenso.
Las calles de Santa Cruz, escenario de la celebración blanquiazul
Las imágenes de aquel 10 de junio, que ahora se recuerda con especial nostalgia, muestran a cientos de aficionados del club recorriendo las calles de Santa Cruz de Tenerife en vehículos adornados con banderas blanquiazules.
Las pitas resonaron durante horas en la ciudad, acompañadas de vítores, saltos de alegría y numerosos “oe, oe, oe” de los seguidores que celebraron el resultado en la plaza de España.
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El triunfo ante el Deportivo de La Coruña marcó un punto de inflexión en la trayectoria del CD Tenerife. La permanencia conseguida aquella temporada permitió al club consolidarse en la máxima categoría durante la década siguiente.