censura en güímar

Los ediles díscolos del PSOE que apoyaron la censura en Güímar denuncian trato desigual de las áreas, comentarios ofensivos y “clientelismo”

Encinoso asegura que se le llegó a ofrecer “puestos en el Gobierno de Canarias, la alcaldía, más sueldo….” e incluso que “un documento en blanco para que pusiera las condiciones que quisiera”
Los ediles díscolos del PSOE que apoyaron la censura en Güímar denuncian trato desigual de las áreas, comentarios ofensivos y “clientelismo”
Los ediles díscolos del PSOE que apoyaron la censura en Güímar denuncian trato desigual de las áreas, comentarios ofensivos y “clientelismo”. Sergio Méndez

Tras confirmarse el relevo, Castro cedió la palabra a Patricia Encinoso. En ese momento, Airam Puerta cuestionó la legalidad del turno de palabra y, tras un breve rifirrafe, abandonó el salón plenario junto a su formación.

Los dos ediles socialistas que apoyaron la moción de censura, Encinoso y José Miguel Hernández, expusieron sus motivos para firmar dicho documento.

Aseguraron que su decisión respondía a una acumulación de causas: falta de liderazgo, supuestas vejaciones y comentarios homófobos, así como una gestión ineficaz que, según ellos, “favorecía el clientelismo político”.

La primera en abrir la caja de Pandora fue Encinoso quien, en esta cuenta atrás de días para sacar adelante la moción, llegó a vivir un episodio de crisis de ansiedad, como confirmó Coalición Canaria (CC) en un comunicado.

La edil hasta ahora integrada en el grupo de Gobierno con CC, PSOE y Unidas Si Podemos apuntó “deficiencias y falta de igualdad entre áreas” en la gestión municipal.

Denunció gravemente los que podrían ser supuestos “comportamientos machistas, homófobos y despectivos” y reprodujo frases que, afirmó, se escucharon en el seno del grupo de gobierno: “Tú aquí no estás para opinar”, “yo también he estado malo y aquí se viene a trabajar”, “no seas repetitiva”, o supuestas expresiones hacia compañeros como “el mariquita este” y “si yo tuviese tus tetas no estaría aquí”.

La edil negó actuar por represalia personal. “Lo hago convencida de que esto tiene que cambiar. Tengo corazón y mente socialista, y agradezco los años pasados donde fuimos felices”, afirmó. Sostuvo que le ofrecieron “puestos en el Gobierno de Canarias, la alcaldía, cambiar de áreas y más sueldo” e incluso que “me pusieron un documento en blanco para que pusiera las condiciones que quisiera”, pero rechazó esos ofrecimientos y decidió firmar la moción.

Las acusaciones de Hernández

Más contundente en sus palabras, José Miguel Hernández acusó al entonces alcalde, Gustavo Pérez, de “convertir el ayuntamiento en su cortijo privado” y de “pagar alquileres a sus amigos” en lugar de priorizar las necesidades de la ciudadanía. “Se lo he dicho en tantas y tantas reuniones, a la cara. Ha creado una red clientelar para sus amigos y amigas. Tres ayuntamientos ha creado, donde ha manejado los hilos”, denunció.

Según Hernández, Pérez favoreció sistemáticamente a las áreas controladas por su partido. También acusó al portavoz socialista, Airam Puerta, de temer lo que él pudiera decir en el pleno. “No puede ver ni en pintura a Carmen Luisa Castro”, afirmó, y sostuvo que “la no expulsión de Airam Puerta, cuando había razones, ha desencadenado esta censura”.

Recordó que había sido “mejor amigo de Gustavo, incluso su pañuelo, hasta que le dije que así no se dirigía el ayuntamiento”.

Ante las críticas por entregar la alcaldía a la derecha, respondió irónicamente: “No sabía que Coalición Canaria era comunista”. Añadió que “hasta en cuatro ocasiones le quisieron traicionar” y rememoró episodios internos del PSOE local.

Finalmente, acusó tanto a Pérez como a Puerta de “llevar tiempo buscando a Llarena para sacarme a mí del poder”.

Expulsión provisional del PSOE

Según fuentes socialistas consultadas por este periódico, desde el pasado 4 de agosto Encinoso y Hernández están expulsados de manera provisional del partido. Aunque no han recogido la notificación oficial, las mismas fuentes precisan que “el hecho de no hacerlo no supone ninguna interrupción del proceso”. Transcurrido el plazo reglamentario, la expulsión se da por comunicada y el procedimiento continúa su curso.

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