El pasado sábado, la fuga de una leona desde una vivienda particular en Tailandia provocó el pánico. El animal atacó a dos personas, entre ellas un niño de 11 años, que resultó herido con lesiones leves.
El felino pertenecía a Prinya Parkpoom, un popular influencer tailandés que disponía de la documentación legal para tener a la leona en su domicilio. Habitualmente permanecía enjaulada, aunque esa noche logró escapar.
El ataque de la leona
El suceso fue detectado cuando Parkpoom escuchó gritos en las inmediaciones de su casa. Al salir para comprobar qué ocurría, descubrió que la leona ya había mordido y arañado a dos transeúntes, uno de ellos el menor.
El animal fue localizado poco después en una carretera cercana y, tras ser reducido por su dueño, regresó a la jaula.
Horas más tarde, Parkpoom publicó un mensaje en Facebook en el que asumió la responsabilidad del incidente y pidió disculpas a los afectados: “Fue mi error. Quisiera disculparme con todos los afectados por este incidente”, escribió junto a varias imágenes del felino.
El Departamento de Parques Nacionales, Vida Silvestre y Conservación confirmó que la leona estaba encadenada a un poste dentro de la propiedad, circunstancia que facilitó la huida.
Las sanciones a las que se enfrenta el influencer
Los agentes retiraron al animal del domicilio y abrieron un procedimiento legal contra el propietario por tenencia y custodia inadecuada de un animal no doméstico.
El influencer podría enfrentarse a seis meses de prisión y a una multa de 50.000 baht (alrededor de 1.300 euros). La sanción se ve reforzada por un aviso previo de las autoridades, que le habían exigido mejorar las condiciones de la jaula por no cumplir con las medidas de seguridad.
Tras el ataque, la leona fue trasladada por especialistas de Parques Nacionales a un centro de animales en la provincia de Suphanburi, donde permanecerá hasta que la justicia determine su situación definitiva.
En Tailandia, la legislación sobre maltrato y custodia de especies salvajes no es tan estricta como en otros países, aunque la normativa vigente prohíbe su tenencia sin las condiciones adecuadas.
El caso ha puesto el foco en la seguridad y el bienestar de animales no domésticos mantenidos en viviendas particulares.







