Tenerife es uno de los pocos lugares del mundo con una oferta de ocio y recreo tan versátil. Es por ello que, a continuación, compartimos siete lugares desconocidos de Tenerife con mucho encanto.
Los pocos minutos que, en la mayoría de la Isla, separan el mar de la montaña resultan ser una auténtica fortuna para los canarios de la que no todos pueden alardear. Sin embargo, hay quien todavía se atreve a ignorar lugares maravillosos que esconde la orografía isleña y que, más de uno, soñaría fotografiar alguna vez en su vida.
1. Charco de la Consolación
El Charco de la Consolación se encuentra en el barrio del Guincho, en Garachico, camuflado por un paseo entre plataneras. Se trata de una espectacular cala que, si el tiempo y el mar acompañan, resulta ideal para disfrutar del día.
2. El Rosario
El barrio costero de El Rosario, situado en el término municipal de San Juan de la Rambla, podría semejarse a un museo al aire libre decorado con paseos empedrados, flores resplandecientes y una ermita de cuento. Todo ello situado al borde de un acantilado, rematado por la panorámica azul del bravo mar del norte de la Isla.
3. Monte del Agua
La riqueza del bosque de Laurisilva no se concentra únicamente en Anaga. El Monte del Agua, entre Los Silos y Buenavista del Norte, es un auténtico espectáculo visual que atrapa al senderista en una jornada llena de paz y relajación.
4. Barranco de El Cercado
En el Barranco de El Cercado, a pocos minutos de Santa Cruz de Tenerife, se encuentra el palmeral mejor conservado de Tenerife, así como un barranco por el que corre agua durante todo el año.
5. Punta de Teno
Con un paraje de gran belleza, agreste y de difícil acceso, llegamos a la Punta de Teno, en Buenavista del Norte, rodeada por el mar azul y posicionada frente a una de las vistas más envidiables -y fotografiadas- de Tenerife: los Acantilados de Los Gigantes. Una de las zonas más vírgenes de la Isla donde prima la naturaleza en estado puro.
6. Mirador de Aguaide
El Mirador de Aguaide, escondido en Chinamada (La Laguna), es un espectáculo natural del que muy pocos son capaces de disfrutar debido a su altura de vértigo. Eso sí, para los amantes del senderismo resulta una zona de visita obligada.
7. Arco de Tajao
Para aquellos que se encuentren en el sur de la Isla, una parada en el arco de Tajao es el plan ideal para contemplar uno de los caprichos que regala la naturaleza. Se trata de una curiosa formación natural de toba volcánica fruto de la erosión; un puente de piedra de 30 metros de largo y 10 de altura.